Capítulo 35

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Capítulo 35:
El verdadero culpable.

MARATÓN 2/3

Yaviv Alabitt.

Dafne se separa de mis labios por el sonido de mi teléfono y yo lo lamento porque hace un segundo que su boca no está junto a la mía y ya la extraño.

Saco mi teléfono y leo el mensaje de Omer.

—¿Qué sucede, Viv?

La miro abriendo mis ojos con fuerza.

—¿Cómo me dijiste?

Viv —dice ella sarcásticamente.

—Oh, no. Voy a matar a Eddie.

Ella ríe y me da un pequeño beso, pero cuando lo hace, por alguna razón no lo disfruto así que tengo que alejarla.

—Lo siento, Roma —me disculpo y le enseño el teléfono—. Es mi hermano.

Ella toma mi teléfono entre sus manos y abre el chat que tengo con Omer. Sus ojos se abren con horror y luego los cierra con fuerza tratando de controlarse.

Asustado por su reacción le quito el teléfono en seguida y veo el mensaje, pero cuando veo de qué se trata, también tengo que cerrar mis ojos por la impresión.

Son las fotos de la autopsia de mi padre. Respiro lentamente e intento buscar el por qué me envía eso había un mensaje luego de las fotos:

Son imágenes fuertes. Pero, ¿qué ves tú?

"Bueno, esa advertencia tenías que dármela antes" pienso.

Trato de pensar con la mente fría.

¿Qué veo?

Pues además de mi padre muerto, nada.

Dafne se vuelve a acercar a mi y ve las fotos con detenimiento.

—¿Por qué la flecha está de ese modo? — pregunta sin más.

—No entiendo, ¿a qué te refieres?

Ella toma el teléfono entre sus manos y me mira como si hubiese descubierto algo importante.

—El punto inicial de la entrada es en el entrecejo, mientras su salida se encuentra en el parietal.

Mi mente se nubla.

—En español, por favor.

—La flecha está levemente inclinada hacia arriba.

Algo encaja.

—Eso quiere decir que el atacante en más bajo que mi padre.

—Pero tu padre no era demasiado alto, Yaviv.

Ambos nos miramos.

—En mi familia los hombres son tan altos como tu padre o más —insiste ella.

—Entonces es posible que el atacante... no sea el atacante.

Dafne asiente.

—Sino la atacante —concluye ella por mi.

Nos miramos por una eternidad, ¿quién podría ser?

Danett, Dori ó Ella llegaron a mi mente, pero era tan imposible de creer que tuve que detenerme unos minutos a pensar en quién podría querer ver a mi padre muerto sin antes pagar por todo lo que había hecho.

The family Delacroix ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora