Capítulo 31

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Capítulo 31:
¿Vale la pena ser fiel?

Yaviv Alabitt.

Mis ojos seguían enfocados en el mar.

Tan grande y tan inmenso, cómo el dolor que siento justo ahora.

Sabía que traicionar a mi padre no sería bueno, que me buscaría y tal vez me asesinaría por no ser leal a su juramento y a sus principios. Sabía que posiblemente moriría y dejaría a Dafne sola, por eso, necesita ofrecerle un mejor futuro. Necesitaba dejar algo en su vida.

Planee todo por si mi padre acababa con mi vida después de traicionarlo y librar a Dafne de todo lo que él le pedía hacer, pero que hicieran arder la mansión no estaba en mi planes.

Dafne seguía mirándome, aunque no la veía, sentía cómo sus ojos escudriñaban mi alma. ¿Cómo puede consolarme si murieron quienes le hicieron tanto daño?

Ésta era una situación difícil para ambos.

—Yaviv... ¿Estás bien?

Me río amargamente, pésima elección de palabras.

—No puedo creer que Abi* esté muerto —dije para luego suspirar—. Después de todo lo que ha hecho, yo... lo quería. De verdad lo hacía.

Me veía ridículo, lo sabía.

Tal vez por eso mi padre nunca nos amó. Sentir la debilidad que estoy sintiendo ahora no se compara con muchas cosas.

Me siento débil, sediento y triste.

El dolor del luto se apoderó rápidamente de mi corazón al pensar en mi padre y mi hermano. Eran miserables, pero ellos eran mi familia.

En la colina en donde nos encontramos, dentro del bosque, diviso una enorme piedra y me siento en ella. Vuelvo a mirar el humo que desprende lo que hasta hoy, era mi casa.

—Puedo asegurarte que éste golpe no me lo esperaba. Pero es obvio, ¿no? Desde que llegaste a mi vida todo me toma desprevenido.

—Yaviv —susurra acercándose a mi, ella aún está estupefacta, nosotros también pudimos haber muerto—. Lo siento mucho, no sabes cuanto.

Su mano se poza en mi hombro en un gesto de consuelo.

—Hablar de mi pasado siempre será catástrofico. Mi padre nunca fue un buen padre y yo fui el hijo que siempre quiso. Me olvide de ser yo mismo por agradarle, me convertí en un actor, algo estúpido —me atrevo a mirarla a los ojos—. En el fondo, tenía la esperanza de que todo cambiara. Lo que quiero decir, es que yo no quería solamente un buen padre, quería la oportunidad de ser un buen hijo.

Ante mis palabras, Dafne se armó de valor y me inundó de su olor en un fuerte abrazo.

Lo necesitaba.

La necesitaba.

Aunque no sentía lo que siento, el simple hecho de que me toque como si quisiera protegerme me hace sentir querido.

—Gracias por quedarte aunque soy un desastre —murmuré cerca de su oído.

Cuando eres un desastre es cuando más te quiero.

Iba a responder, pero nos interrumpió el sonido de mi teléfono, así que lo saqué rápidamente del bolsillo derecho de mi pantalón y respondí aunque era un número desconocido.

—Es Karla —dijo ella—. ¿Lograron salir con vida?

Karla Delacroix. Hija de Dino y Danna, hermana de Dash. Dudé unos segundo en contestar para no sonar arrogante, pero la rabia me ganaba.

The family Delacroix ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora