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Oikawa Tōru y Min Suzuki parecían no vivir en el mismo mundo, o eso creían todos.
Mientras que Oikawa podía ser considerado el perfecto protagonista de un manga gracias a su atractivo físico, su personalidad extrovertida y su puesto como capitán de un equipo, en cambio, Suzuki no podía ser considera la chica solitaria y buena estudiante que completaría el cliché, sí, era presidenta del consejo estudiantil, tenía buenas calificaciones y un gran número de amigas, sin olvidar el odio que muchos le tenían por hacer respetar el reglamento de la escuela, pero esa era una consecuencia de su puesto.
Tōru y Suzuki nunca habían hablado a pesar de ir a la misma clase desde su primer año, tampoco se habían visto obligados a entablar relación por sus respectivos puestos, ya que Suzuki no estaba cómoda tratando con los equipos masculinos de la escuela, y por ello le dejaba sus asuntos a su vicepresidente. Y aunque se vieran por el pasillo, era como si no hubiera nadie más aparte de sus grupos.
Sus compañeros de salón empezaban a creer que eran de dimensiones distintas y por eso no se cruzaban ni por asomo. Todos deseaban ver interacción entre esos dos, ya que Oikawa Tōru era muy conocido por su trato "amable" hacia las chicas, y Min Suzuki era la principal enemiga de Cupido, nada de relaciones dentro de la escuela.
Sin embargo, eso es lo que cualquiera que no fuera ni Oikawa ni Suzuki veían, pero en realidad ambos eran muy conscientes de la existencia del otro, pero sus reputaciones eran un gran muro de roca que no se veían capaces de atravesar.
Oikawa no quería espantar a la chica, o que malinterpretara sus intenciones.
Suzuki no quería que el chico pensará que era una aburrida y obsesionada por las reglas.
Usualmente, cuando un profesor se ausentaba, los alumnos podían pasar la hora de clase en los jardines o en sus respectivos clubes, pero aquel día una nevada azotaba su ciudad, y tenían órdenes de permanecer en sus salones, por lo que Suzuki no tuvo oportunidad de ir a buscar sus informes del día para adelantar trabajo e irse antes a casa.
No se llevaba mal con sus amigas, pero no siempre eran su lugar seguro, lo cual causaba que no estuviera muy presente en las conversaciones hasta que ellas le hablaban directamente.
-Neh, Suzuki-chan, no creo que nadie te pueda gustar, hay muchos chicos en nuestra escuela, y tú conoces a la mayoría por el consejo estudiantil-insinuó.
Suzuki se sonrojo, aun no acostumbraba a hablar esos temas tan abiertamente, y realmente no sabía que responder, ¿una mentira, para parecer interesante? ¿o la cruda verdad, donde solo pensaba en unos papeles impresos?
-Conozco a muchos chicos, pero ninguno me gusta, no me puede gustar alguien a quien no conozco realmente.
