Cobarde
-Casi no hemos podido practicar por las fanáticas de Oikawa-se quejó Hajime mientras caminaba junto a su hermana menor hacia la preparatoria-. Odio esos bailes.
-A mí me parecen lindos-le comento Suzuki-, además será la primera vez que pueda ir a uno y no verlo en tus fotografías todas movidas.
-Agradece que saco fotos, parece que hacerlo en esos bailes te convierte automáticamente en el fotógrafo y no te dejan en paz, y luego reclaman que, si salió movida, que, si salió cortada o que, si salieron mal, ¡si se ven mal en la vida real no puedo hacer magia para que salgan bien en un celular! Y ni se diga beber algo, tomas la jarra para servirte y de la nada te vuelves mesero trabajando en negro.
-Eres tan amargado.
-¿Con quién iras?
-No lo sé-admitió-, nadie me lo ha pedido...
-Mhm, ¿segura? -pregunto extrañado- Creí que...Olvídalo.
-¿Creíste que? No puedes dejarme con la duda, es como empezar a contar un buen chisme y dejarlo por la mitad por no recordarlo.
-Te dije que lo olvides-repitió dándole un golpe con sus dedos en la frente.
Suzuki odiaba esos pequeños castigos de su hermano, siempre le dejaba roja la zona de la frente y sus amigos se burlaban, incluso Tōru se reía cuando él era quien mejor la entendía con respecto a los regaños de Hajime, simplemente ofendida se sentía con ese palo de luz.
Si Tobio hubiera entrado a esa preparatoria posiblemente le pediría para ir juntos. A ninguno se le daba bien los eventos sociales, aunque a Suzuki siempre le emocionaba gracias a las expectativas que le habían creado las películas. Sabía que Tobio nunca le diría que no, tampoco es que tuviera otra opción gracias a que su cabeza en realidad era un balón de vóley, tan parecido a Hajime y Tōru. En su lugar aún contaba con Akira y Yūtarō, pero para Suzuki esos dos simbolizaban terreno peligroso, no dudarían en rechazarla si no les apetecía salir, de parte de Kindaichi era obvio que la rechazaría por tener otra chica en mente, pero Kunimi solo lo haría por la pereza que le provocaba el tener que prepararse para un baile.
No perdía nada intentándolo, y fue tal cual lo había imaginado, ambos se negaron, pero la mirada que Kindaichi le dirigió a su amigo no dejaba de aparecer en sus pensamientos, ¿por qué todos actuaban raro? Exceptuando a Oikawa, el siempre actuaba raro y ese día no fue la excepción.
-¿Y?-pregunto asaltándola en un pasillo.
-¿Y qué? Además, no es manera de aparecerte.
-¿Le dijiste que si?-insistió inclinando su cuerpo hacia ella.
-¿A qué o quién? No entiendo, todos están raros.
-Ah, ya veo, ten un buen día Suzuki-chan.
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One shots │ Haikyuu
FanfictionNunca es mal momento para querer ser parte de un anime.