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Suzuki no sabía nada sobre vóley a pesar de haber ido a los partidos de su equipo.
En realidad, Suzuki no sabía nada sobre deportes, y mucho menos tenía interés en practicar uno. Lo suyo era el orden, porque sí, con un poco de vergüenza la chica debía admitir que la organización ocupaba una parte muy importante en su vida, lo cual la había convertido en un miembro muy necesario del consejo estudiantil.
Por estas cualidades, y por la reciente noticia que después de dos largos años había abandonado sus tareas en el consejo por una discusión con la presidenta, Iwaizumi la había reclutado en el verano como la primera manager del equipo, y aunque el tiempo ocupando ese cargo sería de solo un año y Suzuki le parecía ridículo, Iwaizumi la había convencido con la excusa de que a él le resultaría mas cómodo y sencillo ayudar a alguien de su clase que a una chica de primer año, de la cual se encargaría Suzuki al finalizar el año para dejar una sucesora en el equipo.
Para sorpresa de Iwaizumi, Suzuki era un asco en deportes y no entendía nada de lo que decía, aunque también se debía a que la chica quedaba impresionada por los remates de su amigo, ya que nunca los había visto desde tan cerca, y por eso olvidaba tomar nota de lo que el le indicaba.
-Voy a ser la peor manager de la historia-confirmo Suzuki el primer día de clases.
Iwaizumi y ella vivían en la misma calle, y a pesar de eso y de ir a la misma clase, casi nunca hablaban temas más allá de la escuela.
-Cuando veas a los demás seguro entenderás, y el entrenador te ayudara-la tranquilizo, pero Suzuki no estaba segura de sus palabras.
Al finalizar las clases para dar inicio a las actividades del club, Iwaizumi le presento a todo el equipo y al entrenador oficialmente, y todos se mostraron satisfechos con la nueva manager y prometieron ayudarla, después de todo era natural que no fuera una experta y con experiencia seguro les sería muy útil.
-Siento que falta algo-comento Iwaizumi mientras terminaba de arreglar la red con ayuda de sus compañeros-, algo estúpido.
-Oh, falta el capitán-comento el entrenador rodando los ojos.
Suzuki deseo golpearse la cabeza contra la pared, ¿acaso era posible olvidar que Oikawa era el capitán del equipo, cuando el insufrible castaño vivía con un balón bajo el brazo?
-Iwaizumi, ve a buscarlo, y que Suzuki te acompañe.
Ambos asintieron y comenzaron a buscarlo por la escuela, hasta que lo vieron rodeado de chicas. Iwaizumi miró de reojo a su amiga.
-Creí que estarías por llorar.
-¿Eh?
-Digo, su relación termino hace meses, pero tú lo amabas mucho-confeso.
