Kuroo Tetsurō

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Suzuki, como la lectora apasionada que era, creía que al descubrir que su crush le correspondía y el fuera consciente de sus sentimientos todo sería color de rosa, iniciarían una agradable relación y los días en soledad pasarían a la historia

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Suzuki, como la lectora apasionada que era, creía que al descubrir que su crush le correspondía y el fuera consciente de sus sentimientos todo sería color de rosa, iniciarían una agradable relación y los días en soledad pasarían a la historia.

Pero el capitán del Nekoma no era nada parecido al protagonista de un libro cliché. Aunque todo fuera en un buen sentido, Kuroo Tetsurō era un narcisista, un caprichoso y claramente un mal perdedor, esto último era su peor característica según Suzuki, ya que esa misma actitud era la que los había envuelto en ese juego, Kuroo no quería ser quien diera el primer paso.

Sin embargo, Suzuki estaba acostumbrada a ceder ante el capitán, y por primera vez en todos los años que llevaban conociéndose, decidió no darle el gusto, si el la quería debía decírselo directamente y dejar ese comportamiento infantil, a pesar de que ella tampoco estaba siendo muy madura.

Todos estaban al tanto de su pacto silencioso. Al principio les resultaba incómodo presenciar sus indirectas muy directas, y sus interminables discusiones, pero con el tiempo lo adjuntaron en su vida como si de la novela de la tarde se tratará, y ahora simplemente apostaban por quién sería el primero en cansarse de ese juego.

Aun así, Suzuki y Tetsurō no estaban todo el tiempo enfocados en esa rivalidad, por lo que muchas veces podían comportarse y convivir como los grandes amigos que eran desde los 6 años.

-¡Más rápido!-le grito el más alto cuando paso corriendo junto a él.

Suzuki era la peor en su clase de deportes obligatoria, corría muy lento, tenía dedos de mantequilla y fuerza nula, por lo que siempre quedaba apartada de sus compañeras ya que era peso muerto. Nadie lo sabía, ni siquiera Kuroo, pero aquel acto le dolía más de lo que le gustaría admitir, pero ¿a quién le gustaría estar de pie frente a todas las chicas siendo la única a la que no eligen y acabar en un equipo por descarte? A nadie, claramente, y lamentaba decir que ya estaba acostumbrada.

-Dame esa botella-dijo arrebatándole la botella a su amigo de un tirón, y comenzado a beber como si fuera su salvación luego de caminar durante horas en un desierto.

-Ah, no sabía que tenías tantas ganas de besarme.

-¿De qué hablas, inútil?

-Acabas de recibir un beso indirecto, tonta, si tan solo aceptaras que me amas...

A Suzuki se le subieron los colores a la cara, maldito gato.

-¿Q-Quien quiere besarte? Seguro tienes gérmenes y-y...

-Ajá, espera tengo una llamada-dijo fingiendo tomar su celular-. El semáforo pide que le devuelvas su luz roja.

Mientras el chico se carcajeaba Suzuki regreso con sus compañeras, que sin notar su ausencia habían comenzado a dividirse.

-Sensei-murmuro hacia su profesora que la observo atentamente-, me siento mareada-mintió.

-Mejor siéntate Suzuki, te ves un poco roja, tal vez tengas fiebre.

One shots │ HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora