Siempre serás tu
Bokuto podía ser una persona muy sociable, y a pesar de eso, desde que su vida se entrelazo con la de Suzuki, el mundo entero se había paralizado, y le daba igual quienes los rodearan mientras su novia le sonriera.
Habían comenzado a salir a mitades de su tercer año, un momento muy oportuno según Kōtarō, ya que se estaba enfrentando a sus últimas nacionales y desde que había comenzado a salir con Suzuki, nunca se sentía deprimido, algo que en realidad beneficiaba más al equipo que al mismo Kōtarō.
Claro que habían hablado sobre lo que iban a hacer luego de la preparatoria. Bokuto estaba decidido a convertirse en un jugador profesional, y eso alegraba a Suzuki, ya que no imaginaba a su novio lejos del deporte, y mucho menos estando quieto durante mucho tiempo. Pero Suzuki...
Suzuki era un tema aparte. Provenía de una familia muy adinerada y dueña de muchas empresas en Japón, y, aun así, su padre casi le había suplicado que se marchará a estudiar sobre negocios a Estados Unidos, a la misma universidad a la que había asistido él. No porque estuviera en contra de la relación de su hija, o quisiera alejarla, sino que realmente pensaba que ellos podrían funcionar en una relación a distancia si así lo decidieran, y aunque sonará mal, como padre solo se estaba ocupando de darle el mejor futuro a su hija ya que esta decidió seguir con los negocios de la familia.
Al principio ambos se lo tomaron mal, aunque una relación a distancia sonaba bien, ambos eran muy dependientes entre sí, y no sabían cuánto tiempo le tomaría concluir sus estudios allí. Ninguno quería decir lo que pensaba por temor a que el otro tuviera otra idea y arruinar todo, pero el día antes que Suzuki se marchara, Bokuto decidió seguir el consejo de Akaashi.
-Creo que deberíamos dejar la relación en pausa-dijo mientras oía los latidos de Suzuki-, creo que seguir en una relación formal solo nos hará sentir peor, así tú te tomarás tus tiempos allí, y cuando regreses, te estaré esperando si es que me sigues amando.
Esa última noche ambos lloraron, aunque el otro no lo sabía.
Suzuki lloro por no poder permanecer en Japón ahora que su novio cumpliría su sueño, lloró porque se sentía egoísta abandonándolo para seguir su camino, y lloró porque supo que Bokuto dudaba sobre retomar la relación, no por él, sino por ella. Y lloró, porque sabía que era verdad, sabía que se enamoraba muy fácil, y aunque amaba a Bokuto, la falta de contacto podría hacerle cometer errores.
Y Kōtarō lloró por el simple pensamiento de querer detenerla, cuando ella nunca lo había detenido, y lloró porque el anillo escondido en su bolsa permanecería muchos años allí, y tal vez nunca llegaría a su dueña original.
-¿Tú dices que me corte el cabello?
Kōtarō acerco su cara a la pantalla de su celular para observar mejor a Suzuki.
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One shots │ Haikyuu
FanfictionNunca es mal momento para querer ser parte de un anime.