-Nos veremos en los recesos-dijo su amiga decepcionada-. Realmente quería estar contigo, Suzuki.
-No te preocupes-sonrió-, estás es una clase realmente avanzada, ¡felicidades!
Suzuki no se caracterizaba por sus buenas calificaciones, era casi imposible que se sentará a estudiar y sobre todo ahora que compartía clase con Noya y Tanaka, dos chicos que tampoco tenían el buen hábito del estudio y solo hablaban de vóley. Suzuki se mostraba interesada en sus conversaciones, pero no entendía nada en realidad, tampoco era diestra en las actividades físicas.
-¡Ven a vernos entrenar!-dijo Noya un día-¡Tenemos un equipo realmente fuerte!
-¿Ganarás?-pregunto con gracia.
-¡Por supuesto!
-No quiero verlos entrenar-sentencio, ambos chicos se mostraron decepcionados-. Prefiero verlos en un partido real y que me sorprendan.
-¡Pero no faltes!-señalo Tanaka.
Suzuki no sabía si aquello le había molestado a Noya, después de todo desde esa conversación se había mantenido en silencio y evitaba mirarla todo el rato. Incluso cuando regresaban a sus casas el chico no dijo nada, parecía muerto en vida, por lógica Suzuki dio por hecho que era por algo sucedido en la preparatoria, no quería pensar que era por su culpa.
-¿Noya?
-¿Por qué nunca me llamas Yū?
-No lo sé-admitió-, siempre te dije Noya y ahora no puedo sacarme esa costumbre.
