Un desastre.
Un chico deprimido.
Sarcástico.
Lleno de mentiras.
No le queda nada.
Llegó a mi vida en mi peor momento y me dio fuerzas.
Cargó con mis angustias y miedos.
Todo eso es Jaden.
Cuando se ama simplemente lo entregas todo y salir destruida...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jessica Jones
—¡Tenías que cogértelo!— gritó Peter en mi habitación, abrí muchos mis ojos.
—¡Peter! Papá podría escuchar. Además... tengo diecisiete y él veintidós, existen leyes para esto, Brownie.
—Malditas leyes.
Sonreí negando con la cabeza.
—Bueno, ¿Qué pasó después del beso ardiente?— preguntó y suspiré
—No mucho, nos separamos, él me siguió enseñando boxeo y luego me trajo a casa.
—Jonie... ¿Puedo decirte algo?
Asentí— Te escucho.
—Hay... más cosas que puedes hacer además de sexo, digo, solo si no puedes esperar un mes más.
Fruncí el ceño, confundida, pero luego alcé ambas cejas, entendiendo perfectamente. El calor subió a mis mejillas inmediatamente.
—Solo digo— dijo alzando ambos brazos en forma de inocencia, luego simplemente salió por la puerta de mi habitación.
Trago grueso y miro mi celular.
¿Y si...?
Tomo mi celular y lo desbloqueo.
No, no, no puedo hacer esto.
Vuelvo a alejar el celular lejos de mi, pero mi vista aún está en él.
Es el novio de mi hermana.
Suelto un suspiro y me pongo en pie para salir de mi habitación, al otro lado del pasillo veo la puerta de la habitación de Abby, no he entrado ahí desde que murió.
Trago grueso y mis pies comienzan a acercarse a la habitación, tomé el pomo y lo giré, una vez adentro supe que papá tampoco había entrado en todos estos meses, está desordenada, tal cual como Abby la debió haber dejado, me acerqué a su ventana y sonreí, ella se escapaba por la mía porque hay un árbol grande afuera por el que ella bajaba, en su ventana no hay nada.
Su habitación es tan colorida, tan ella que me entran ganas de llorar por traerla a mi mente tan fuertemente.
Reviso su ropa, sus joyas, su perfume y cierro mis ojos para poder imaginar que aún sigue conmigo, que me está criticando por todo lo que hago que a ella no le gustaba, como ser borde con personas que simplemente no me interesa ser amable.
Ella era amable con todo el mundo, siempre tenía una sonrisa para todos y no era hipócrita nunca, simplemente le apetecía querer a todo el mundo, a pesar de que en realidad el mundo sea una mierda.
Fruncí el ceño al ver una libreta abierta en su mesita de noche, salía mi nombre.
Me senté en su cama y la tomé en mis manos, retrocedí a la primera página.
