Un desastre.
Un chico deprimido.
Sarcástico.
Lleno de mentiras.
No le queda nada.
Llegó a mi vida en mi peor momento y me dio fuerzas.
Cargó con mis angustias y miedos.
Todo eso es Jaden.
Cuando se ama simplemente lo entregas todo y salir destruida...
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Jessica Jones
Estoy sentada en una silla de la isla de la cocina de Jaden mientras él prepara la masa para hacer una pizza, su remera es manga corta por lo que puedo ver como sus músculos se tensan cuando hace fuerza para amasar, se ve... mierda, la verdad se ve muy sexy.
Si... no me quejo.
Jaden me pilla espiándolo, sabía que iba a burlarse de mi, pero por alguna ilógica razón por un momento el universo se apiadó de mi por primera vez en mi vida y el timbre de la reja eléctrica lo interrumpió.
—¡Yo voy!— grito de inmediato, él solo sonríe con expresión de "Te salvaste"
Cruzo la sala y abro la reja de su casa con el botón para que la persona entre, luego llego a la puerta principal, cuando la abro veo a una chica alta... muy alta, quizá incluso podría ser de estatura uno ochenta, gracias a mi uno sesenta tengo que mirarla hacia arriba. Joder, es bellísima, tiene muchas curvas por todos lados y es muy delgada, su cabello rubio delata la cantidad de tiempo que debe invertir en cuidarlo, porque está perfecto.
Yo solo uso shampoo y acondicionador y de los más baratos.
—Hola, pequeña, ¿Está Jaden de casualidad?
La miré algo resentida por lo de pequeña, lo dijo como si estuviera en frente de una niña de seis años.
Un segundo, ¿Preguntó por Jaden? ¿Por qué quiere verlo?
—Uhm...— pensé por un segundo en decirle que no estaba o que se estaba duchando o algo así, pero no, no podría— Si, está en la cocina, lo llamaré para que venga.
—¡Oh, no! Tranquila, sé el camino.— dijo pasando por mi lado y dirigiéndose a la cocina.
Fruncí el ceño.
Desde ya puedo decir que no me agrada.
Cierro la puerta y la sigo hasta la cocina.
—Mierda, Jaden, aquí estabas, ¿Olvidas que tenemos un proyecto? Te dije que teníamos que vernos en la biblioteca— le regaña la rubia, me cruzo de brazos.
Jaden abre mucho los ojos.
—¡Cierto! Lo olvidé completamente.— dice dejando de amasar.
El probable metro ochenta de la chica y el metro noventa de Jaden me hacen sentir diminuta.
Demonios, quiero que la chica se vaya.
—¿Entonces? ¿Recuerdas que es para mañana y nos falta la tabla de gráficos y el resultado final de la probabilidad de ganancias de la editorial?
Jaden suelta un suspiro estresado.
—Tranquilo, puedo venir mañana— le digo a Jaden en voz baja, la presencia de la chica instantáneamente hace que construya nuevamente mi barrera de timidez.
