Un desastre.
Un chico deprimido.
Sarcástico.
Lleno de mentiras.
No le queda nada.
Llegó a mi vida en mi peor momento y me dio fuerzas.
Cargó con mis angustias y miedos.
Todo eso es Jaden.
Cuando se ama simplemente lo entregas todo y salir destruida...
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Jessica Jones
—¡Oh santa mierda de las mierdas!— grita Peter cuando se asoma y ve a Jaden en el umbral de la puerta.
—Si... gracias por la bienvenida, creo— dice Jaden adolorido.
—Joder.— susurro y me acerco para ayudarlo a llegar al sofá.— ¿Qué ocurrió?— le pregunté de inmediato.
—Papá ocurrió. Quiere que haga un trabajo para él.
Niego con la cabeza mientras me siento en la orilla del sofá, él se acuesta.
—No lo entiendo, ¿Por qué tienes que hacerlo tu? ¿Por qué no busca a alguien más?— pregunté
—Los tipos que trabajan en este negocio son orgullosos, les gusta tener todo el control y de que su seguridad y sus secretos se mantengan donde están. Si alguien sale de ese mundo corren el riego de que sean delatados, además de que en los cinco años que trabajé para ese caballero hice grandes negocios de droga, esos negocios era parte del cincuenta porciento de su fortuna y tal parece que no quieren hacer el negocio si no es conmigo.
—No te van a soltar, ¿O si?— pregunté.
Pasó su mano por su abdomen herido— No lo creo, pequeña Jones.
—Si... creo que si sigo aquí me desmayaré por la sangre, creo que deberías ir a un hospital.— propone Peter, miro a Jaden— Puedes decir que te asaltaron.
Jaden suelta un suspiro— Estoy bien.
—¿Qué? No, no estás bien. Estás muy herido, acá no podremos curarte correctamente, es demasiado, debemos llevarte al hospital.— dije
—Bien, pero no he podido llamar a Fredd. ¿Podrías... llamarle y decirle que estoy bien?— me pidió, comenzando a cerrar sus ojos.
—Bien, lo llamaré, pero he visto los capítulos suficientes de Grey's Anatomy para saber que no es bueno que te desmayes en este estado, así que dame tu teléfono y Brownie, distráelo para que no se duerma— dije mientras Jaden me tendía su teléfono y me alejaba de ellos.
—¡Genial! Soy excelente distrayendo a las personas— dijo mi amigo alegre.
Busco en los contactos el nombre Fredd y al encontrarlo, le marco, no tarda casi nada en contestar.
—¿¡Quieres matar de un puto infarto a tu adorable amigo de la infancia!? Creí que me querías más, joder. Ya estaba que rompía mi cerdo de alcancía para ir a San Francisco. ¿Estás bien? Mierda, ¿Por qué no hablas? Oh, creo que yo no te estoy dejando hablar, ¿¡Podrías hablar de una puta vez, pedazo de mal parido!?
Abrí mucho mis ojos.
—Uhm... Jaden está herido, pero está bien. Lo llevaremos al hospital ahora. Me llamo Jessica, soy...
