12: Gran alivio.

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Capítulo 12: 

Gran alivio.

A la mañana siguiente, desperté por el ruido de personas moviéndose a mi alrededor, pues había estado durmiendo en una pequeña sala que había cerca de recepción. Preferí quedarme ahí en el hospital en vez de irme a mi casa para estar siempre al pendiente de Gloria, pero la única notica que habíamos recibido era cuando la subieron a piso, nada más. Eso era algo bueno, pero todavía no teníamos la seguridad que Gloria se pondría bien, y eso me mataba.

Terminé de despertarme y pasé a recepción, como siempre, a preguntar por Gloria; y como siempre, no me dijeron nada nuevo. Miré la hora y vi que aún era temprano, por lo que me daba tiempo de ir a mi casa a tomar una ducha y cambiarme al fin de ropa. Salí del hospital hasta llegar a la calle, donde rápidamente paré a un taxi que iba pasando, le indiqué la dirección y me llevo a ella.

Al bajar del coche y quedar en frente de la casa, me dieron escalofríos al verla. Habían pasado cinco días desde que salí de ella, y no había vuelto... Por estar cuidando que el amor de mi vida no muriera. No quería ni imaginarme qué hubiera pasado si no hubiera salido de casa aquella noche, tal vez no hubiera muerto, pero quizá la hubiera perdido en vida... Y en esos momentos, no sabía si la tenía, pero quería confiar en que Dios la salvaría de todo mal, y que pronto estaríamos de nuevo los dos juntos, olvidándonos de todos y de todo.

Cuando entré, saludé a la señora que me ayudaba con el quehacer, y subí rápidamente a mi habitación. Me senté en la cama, y puse un parche sobre la gasa que tenía en el hombro todavía, para evitar que le cayera agua. Me despojé de mi ropa y fui hacia la ducha. Así como salió el agua, me metí en ella, disfrutando la sensación del agua cayendo sobre mi cuerpo. Realmente necesitaba un baño, sentir que me limpiaba un poco de todo lo que había pasado... Relajarme y dejar de pensar, aunque fuera un momento sobre los problemas, que me tenían tan aturdido que en ningún momento del día sentía a mi mente descansar.

No me tardé mucho, pues quería estar cuanto antes en el hospital para ver si tenían algo nuevo sobre Gloria. Me vestí de prisa, no sin antes de atender mi herida, para luego salir caminando apresuradamente de ahí. Igual que cómo llegué, encontré un taxi en la calle principal para ir hacia el hospital. Cuando llegué, le pagué al señor y entré por las grandes puertas, mientras que a mi cabeza llegaban recuerdos de la madrugada en la que llegamos, pero arriba de una ambulancia, con la vida de Gloria en hilo. Traté de ahuyentar aquellos pensamientos, y entré por fin. Pasé directo a recepción, y me dieron una respuesta que no me esperaba.

— El doctor Granados vino a buscarlo, pero no lo encontró. Dijo que le pasáramos el recado en cuanto usted volviera, para que fuera a buscarlo cerca de la habitación de la señora Gloria, porque quiere hablar con usted —informó la recepcionista, después de que le pidiera alguna notica.

— Está bien. Muchas gracias.

Me di media vuelta, sin tener ni una idea qué me diría exactamente el doctor. Sabía que algo de Gloria, pero tampoco quería apresurarme a pensar algunas cosas, pues no quería entristecerme luego que no fuera lo que yo me había imaginado que sería. Subí al piso de la habitación de Gloria, y solo dirigí una mirada rápida a través de la pequeña ventanita que había en la puerta. Y la vi ahí, dormidita, tan bonita como siempre estaba, a pesar de estarla viendo desde lejos. Sentí una mano sobre uno de mis hombros y me giré para ver de quien se trataba.

— Doctor, buenos días —saludé en cuanto pude verlo.

— Buenos días, Pablo. Fui a buscarte hace rato porque quiero decirte algo.

— Sí, dígame, ¿Pasó algo? —pregunté preocupado.

— No, nada de que tengas que preocuparte. Es solo que, quería saber si te gustaría pasar a ver a Gloria. Por lo general, la mayoría de los pacientes después del tiempo que hemos dejado pasar, empiezan a estar consientes y recuperarse más fácil. Creo que, si vas allá con ella, a Gloria le haría muy bien escucharte, pues estamos casi seguros de que lo hará, debido a que no está sedada.

¿Te quedas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora