Un amor de dos Slytherins [Draco Malfoy] / TERMINADA

- 28 -

P O V ' S A L L I S O N

Miro fijamente el dichoso huevo dorado, tratando de que pase algo interesante. Aunque teniendo en cuenta que no ha pasado nada nuevo en la ultima hora, no creo que pase ahora.

Decido darme por vencida y abrir el huevo, aunque es una mala elección.

— ¡Cierra esa maldita cosa!.— grita mi mejr amiga desde su cama, al igual que yo tapando sus oidos.

Decido hacerle caso y cerrarlo. Unos toques en la puerta nos hace mirarnos entre nosotras, con un bufido decido ir yo y abrir, encontrandome a una Slytherin de segundo curso.

— Cedric Diggory esta en la entrada de la sala común, dice que tiene que hablar contigo y que es importante. También dice que lleves el huevo.— habla de manera torpe, saliendo disparada al terminar de decir aquello

Miro a Pansy con el ceño fruncido, y ella como respuesta se encoge dé hombros.

— Bien, luego vuelvo.— me despido y bajo las escaleras, con el huevo sobre mis manos.

Salgo de la sala común despidiendome de un par de alumnos, y como la niña de segundo me habia dicho, Cedric se encuentra en la entrada.

Algo se remueve en mi interior. Lo que sentía por Cedric creo que no era amor, sinceramente quiero creer que solamente era una pequeña obsesión, un capricho por todo el tiempo que he pasado a su lado. Aquel beso que le di el día qué eligieron a los campeones fue real y sincero, y me duele haber sido despreciada de tal manera.

Confie en el, y le di parte de mí confianza. De aquella manera me lo pagó, liándose con Chang y no confiado en mi. Últimamente no hemos hablado mucho, el esta con ella, y yo estoy en algo raro con la princesa de papá.

— Vamos, quiero enseñarte algo.— y sin dejarme saludar, comienza a caminar por las mazmorras.

Con algo de confusión lo sigo a paso rápido, es bastante rapido y el ser alto y tener piernas largas lo ayuda bastante. Quedo algo confundida al ver como subimos hasta el quinto piso, pero quedo aun mas confundida al ver que entramos al baño de prefectos.

— ¿Que hacemos aquí?.— pregunto con el ceño fruncido, mirando como la gran bañera estaba llena de agua y jabon.

— ¿Te acuerdas cuando nos bañabamos en el pequeño lago junto a mi casa?.— pregunta, cruzandose de brazos.

— Han pasado años, pero si, lo recuerdo.— asiento, ladenado la cabeza hacia un lado.

— Bien.— el se da la vuvuelta y me quedo quieta sin saber que hacer.

— ¿Que se supone que debo hacer?.— pregunto con irritación, mirandolo de mala manera.

— Quitarte la ropa y entrar.— responde con sencillez, haciendome bufar frustrada.

— Como te des la vuelta, te prometo que te lanzo una maldición imperdonable.— digo sacando mi camisa junto a mi falda. Puede que nos bañasemos juntos, pero fue hace años, y ahora es algo incómodo.

Sin saber la razón del porqué hago esto, me cruzo de brazos con mi ropa interior puesta.

— ¿Entro al agua?.— pregunto mirando a otro lado, la situación es bastate rara.