La espada corta de la chica bloqueó las zarpas de la pequeña fiera, el cual con saltarines ataques arremetía contra la que evitaba los golpes. Las personas vociferaban la emoción en palabras que llegaban a ser inaudibles, algunos extranjeros no comprendían como un pequeño espectáculo de tal índole podía llegar a producir tal euforia, especial mentalidad provenía de Máximo de Lux, considerándolos bárbaros salvajes, incluso más de lo que consideraba a Terra.
–Ella se ve muy cansado. –mencionó Aisha tomando los barrotes. –¿Eso es normal?
–Podríamos decir que sí. –respondió Nauzet recostados del barandal. –Las condiciones en las que ella participa fueron impuestas siendo más difíciles por quién es y en cierta forma, por lo que es. Y Mocca, bueno, era el compañero de nuestra reina, jamás se despegaba de ella, y apenas y permite que alguien más se acerque.
–Es sólo un animal salvaje. –dijo con desprecio el rey de Lux.
–Sí, pero hasta los animales conocen lo que es la gratitud y la compañía. La reina, Karim y yo, lo encontramos mientras dábamos un paseo, Mocca era solitario. Karim intentaba llamarlo, pero ella era muy tímida y asustadiza. Aún así le dejaba manzanas picadas como son de paz.
–Jajaja, suena muy tierno. –rió bajo la princesa de Caeli, Brisa.
–Sí, bueno, la reina Irinea fue más directa al acercarse y Mocca movía la cabeza curioso. Nuestra señora tenía cierto toque de encanto con el que siempre lograba conectar con las criaturas. No tardó mucho en hacerse su amiga y traerlo consigo. Dejó de estar solo, incluso conectó con otros de su misma especie y obedecía en todo a la reina.
–¿Qué pasó con Karim? –Rawrap preguntó sin dejar de ver a la chica.
–Le costaba acercarse a Mocca, como dije, ella solía ser miedosa a todo y lo único que hacía era ver el cielo día y noche, pero eso no era impedimento para su curiosidad. Buscaba la manera de crear lazos con los demás como lo hacía su madre, su modelo a seguir. Después de su muerte, intentó acercarse más a Mocca, pues había vuelto a ser solitario. –el chico mantenía una mirada triste y nostálgica. –Ha tratado de crear esa conexión a su manera. Lo ha intentado cada día visitándolo. Ella misma pidió capturar a Mocca, supongo que la razón por la que lo hizo, es para lograrlo antes de irse con usted, príncipe Rawrap.
Por un momento el pelirrojo caoba desvió sus ojos de ella para ver a Nauzet dedicándole una mirada de desconfianza y molestia disimulada, que luego fue cambiada para seguir observando a la chica, Rawrap hizo lo mismo y continuaron con ojos fijos del como Karim esquivaba a la pequeña criatura siendo muy cautelosa.
Una y otra vez se defendía de los zarpazos, Mocca se detuvo por unos instantes observando a la joven que le sonreía, de nuevo saltó a lanzarse contra ella, sin embargo, Karim soltó su espada y la criatura golpeó su estómago incrustando las garras haciendo que desbalanceara y cayera de costado, más ella se aferró a abrazarlo.
–Lo lamento. –susurró. El espacio alrededor se mantenía en sumo silencio y mirada fija. –Sé cuanto te dolió a ti también, pero… déjame compartir contigo tu perdida. –ella se reincorporó a sentarse con la criatura en su regazo y aún con las garras en su estómago. –No soy ella, es imposible que logré ser siquiera la mirad de quien fue. Pero comparto su legado, y deseo transmitirlo. ¿Puedes confiar en mí?
Mocca inclinaba la cabeza a un lado con sus orejas abajo, ocultó sus garras y rodeó con su cola el brazo de la joven, manteniéndose calmado, Karim sonrió y quitó de su cinto el collar para ponerlo en el cuello de la criatura. En un momento casi exacto las voces se alzaron celebrando la victoria y terminación de las pruebas. Mocca subió a acomodarse en el cuello de la joven y quedarse allí provocando su risa.
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Hijos de los Elementos
Fantasy¿Cada quien tiene un destino o cada cual elige su camino? Nadie conoce la respuesta a esta pregunta, pero también sabemos que nadie elige dónde nacer. Muchos prefieren regirse por sus tradiciones, otros por la suerte, y pocos por propia determinació...