Señales de luz desde lo alto de la torre norte, encendían una farola con un único agujero por dónde salía la luz e intercambiaban lentes de colores con los que podían comunicarse a través de tapar y destapar la luz con la mano.
Primero usaron un color azul intenso, destaparon la luz tres veces en un intervalo de dos segundos, eso significaba que tres barcos se acercaban por la bahía; luego el color cambió a amarillo indicando que también había un ataque aéreo. Se lograba ver a búhos volando hacia la capital, estaban dando avisos sobre el ataque.
–¿Ataque? –preguntó el joven de Ignis. –¿A dónde vas?
–A la torre, necesito saber más detalles.
–Te acompaño.
–No, regresa con los demás y aguarden dentro del castillo.
–¿Y dejar que ustedes peleen? De ninguna manera.
–Este no es tu reino, no tienes que arriesgarte por nosotros, pero sí quiero pedirte que ayudes a los aldeanos en la evacuación.
–Tú lo has dicho, no es mi reino, no tengo porqué obedecerte, iré contigo.
–… ¡Ah! Eres un idiota. Bien, acompáñame, Fred y Flora van a informar a los demás de lo que pasa.
El par se dirigió hasta la torre, allí encontraron a Rex observando todo, él habló con los vigilantes de la torre y se informó de lo que ocurría. Sujetos con túnicas se avistaban sobre grandes cuervos.
–Corvus… –mencionó la chica. –Esos malditos de nuevo.
–¿De nuevo? ¿Qué quieren?
–El árbol. Al parecer creen que pueden llevárselo y venderlo.
–¿Los atacan por el árbol?
–Sí, y de paso quieren tomar este pueblo para vivir en él y usarlo como guarida.
–Bien, entonces no hay nada que discutir, sube. –dijo extendiendo la mano para ayudar a la chica. –Vamos a defender desde el aire.
La joven estaba sorprendida y aceptó el gesto del contrario, Rex se alzó al cielo, Karim veía impresionada como se alejaba del suelo, prontamente lograron ver como enormes cuervos se acercaban, ellos se separaron para bajar, sin embargo, el dragón exhaló fuego con el que golpeó a muchos, calcinándolos al instante, los que lograron escapar rodearon al ser, algunos saltaron encima y se aproximaban a los humanos que le montaban, una batalla se dio lugar en el lomo de la bestia que seguía atacando con fuego.
El príncipe oscilaba su espada con gran fluidez, Karim ocupaba su espada corta más como distracción para sorprender al enemigo con ataques de defensa, ambos peleaban juntos, cuando uno distraía, el otro acometía, era como si pudieran saber lo que el contrario haría.
Un sujeto sobre su cuervo lanzó una bola de poder que golpeó al dragón, haciendo que retrocediera, por el impacto, los que estaban arriba se desbalancearon, Rawrap pudo quedarse encima, pero Karim cayó.
–¡Rex!
–¡Ya voy!
El dragón voló hacia abajo para llegar a la joven, rozó el suelo, pero logró que Karim volviera a quedar arriba.
–¿Estás bien? –preguntó el príncipe con la joven en brazos.
–… S-Sí… Gracias. –pronto vieron como algunos hombres bajaban en la dirección al pueblo. –Tengo que volver.
–Está bien, te llevaremos.
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**Unos momentos antes**
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Hijos de los Elementos
Fantasy¿Cada quien tiene un destino o cada cual elige su camino? Nadie conoce la respuesta a esta pregunta, pero también sabemos que nadie elige dónde nacer. Muchos prefieren regirse por sus tradiciones, otros por la suerte, y pocos por propia determinació...