Capítulo 27: ¿Sólo por mí?

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Tropas listas de ambos lados, la noche avanza lentamente como si el mañana no quisiera llegar, Marino está junto a la princesa Aisha y la reina Alejandra escondidos en la guardia con algunos soldados y Valk, los demás guerreros se habían desplegado a los puntos según el plan, Karim se hallaba junto a Randall y Rawrap usando uniformes para camuflajearse entre los enemigos y entrar al castillo, para llegar hasta la habitación de la joven a tomar su espada grande.

—Alto ahí —un guardia les detuvo antes de entrar—. ¿Qué hacen aquí? —el trío miró al hombre y antes de que tuviera oportunidad de avisar, Randall le noqueó.

—Ahora —entraron a la habitación arrastrando al sujeto y amarrándole.

—Aquí está —la joven tomó su pesada espada y se deshicieron de los trajes—. ¿Ahora a dónde vamos? —el equipo observa por la ventana mirando los movimientos de sus oponentes.

—Según nuestro soldado, mi padre fue llevado a la torre este —contestó el príncipe señalando—. Deben de haber guardias custodiándole tanto en la entrada como por dentro.

La joven pensó deductiva. —Entonces solo habrá que saltar.

—¿Qué?

Una pequeña confusión que pronto se resolvió cuando fueron por el techo del palacio escalando la torre, mirando por la ventana observando a tres guardias custodiando el cuerpo del rey Julián que pareciese dormir. La joven colocó su mano derecha en la ventana haciendo que la bestia blanca saliera y atacase sin matar a los soldados, dejándoles inconscientes dando la oportunidad de que ella y los chicos entraran tomando al rey. Randall sostenía a Julián y Rawrap sacó un papel transportador que Marino le dio. Soldados afuera de la habitación irrumpieron lanzando una bola con pólvora dentro habiendo encendido la mecha.

—¡Váyanse! —gritó la chica que estaba más cerca de la ventana, Rawrap activó el sello transportándolo a él, su padre y a Randall a la sala oculta donde se hallaban escondidos en un principio.

—¡¿Qué te sucede?! —ladró Randall hacia el príncipe atrayendo las miradas de los demás— ¡Dejaste a Karim allá!

—Lo siento —dijo desconcertado.

—¡Imbécil!

Una explosión se avistó arrebatando las miradas hacia la torre del palacio donde se ve la expansión de las llamas junto al humo del fuego y los escombros. De la humareda pudo captarse una figura saliendo y que ahora empezaba a correr entre los techos de las viviendas. Karim va montada en su bestia esquivando y huyendo del lugar para reubicarse con sus aliados.

—¡Apunten! —un general daba las instrucciones a sus arqueros— ¡FUEGO! —vociferó con la lluvia de saetas cayendo hacia la chica.

Ella y su lobo ahora corren por las calles mientras usa su espada grande para protegerse de las flechas mientras sigue montando a la criatura. Karim observó que una segunda ola de disparos fue lanzada pero esta vez con fuego, frunció el ceño con enojo cuando ese movimiento no tiene reparo en caer entre el pueblo que se resguarda en sus hogares y que ponen en peligro a su gente. Ella se colocó en cuclillas sobre su bestia para saltar, y así lo hizo, sin embargo, fue para usar el lado ancho de su espada lanzando un viento que apagó las llamas y frenó el avance continuo de las saetas que cayeron como simples palillos al piso de piedra.

La chica aterrizó sobre una casa resbalando por su tejado, se sostuvo de la orilla del techo para no caer, ella se levantó con su brazo y regresó arriba junto al lobo que se colocó a su lado. Karim se puso de pie visualizando su alrededor y a las tropas que se acercaban con el sonido de sus pisadas y el crujir de sus armaduras. Bien sabía que no podía huir por el pueblo sin preocuparse de que las personas salieran heridas, así que montó de nuevo a su criatura y fue en su travesía dirigiéndose al castillo donde Sergio ya le espera con un batallón, viste una armadura cubriendo todo su cuerpo.

Hijos de los ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora