Los jóvenes regresaron al suelo y Karim simplemente irradiaba felicidad.
–¡Muchas gracias! –expresó la joven. –A los dos, haber estado allá arriba fue de lo mejor que me ha pasado.
–Fue todo un placer. –mencionó el dragón.
–Me alegra que te haya gustado. –añadió el príncipe.
Ambos se despidieron de Rex y regresaron a la villa, ahí se separaron, no sin antes con la chica agradeciendo una vez más al príncipe, ella entró al palacio y se dirigía por los pasillos tarareando.
–Oh, no es usual verte tan feliz Kari. –menciona una joven de cabello corto y pelirroja, 3 años mayor que ella.
–¡Rubí! –la joven la abrazó. –¿Cuándo volviste?
–Hoy en la madrugada, por la montaña. –mencionó burlona.
–¿Por... la montaña? Nos viste ¿no es así?
–Sí, Randall es muy protector contigo, y no lo puedes culpar por sus celos, con lo guapo que está el de Ignis~
–Rubí... Nunca cambias ¿eh? Jajaja. Vamos a mi habitación, cuéntame qué es lo que viste en tus viajes.
Ambas se dirigieron al dormitorio y estaban sentadas en la cama, la pelirroja contaba cada detalle mientras que Karim estaba recostada al respaldar de la cama con una libreta en manos y un lápiz, dibujaba aquellos paisajes que ella no podía ver, pero que se los imaginaba cuando Rubí se los contaba.
–Déjame ver. –dice la pelirroja acercándose. –Wow, me sorprende cada lienzo que dibujas, lo haces más que perfecto, los mejoras.
–Gracias.
–Karim, ¿por qué simplemente no le dices a tu padre que quieres salir?
–Bueno. –ella bajó su arte sin perder su sonrisa. –Sólo me han prohibido irme mientras decida vivir aquí. Papá aceptará si se lo pido, pero sabemos que Randall se va a oponer rotundamente. En especial por ese problema que tengo. Nadie más aparte de papá, él y tú lo saben.
–Comprendo… ¿Y no puedes estar sin eso?
–Sólo por un tiempo limitado. Sabes que si no hago aquello por lo menos una vez al mes, será peligro, tanto para mí como para los demás. Y no quiero herir a nadie.
–Entiendo… ¡Bien! Te diré más detalles.
Y así continuaron hasta la tarde, luego de eso Karim fue a la biblioteca, comenzó a escribir la copia que pidió el príncipe de Aqua, tanto se perdió entre la tinta y el papel que no se dio cuenta de que había llegado hasta la media noche. Ella se levantó y se estiró un poco por el cansancio.
–Karim. –Randall se acercó a la joven.
–Hey, hola. –dijo acercándose y besándole. –¿Randall? ¿Qué pasa? –dice al verlo con el ceño fruncido.
–¿A ti qué te pasa? ¿Cuándo dejarás de ser tan inconsciente?
–¿De qué…?
–¡Te vi cuando el dragón empezó a volar!
–Randall… Yo… Lo siento, pero no fui lejos.
–Te pusiste en riesgo, sabes bien que no puedes salir de Tenebris ¿y qué es lo primero que haces? Largarte con ese extranjero sobre su bestia. ¿Qué tal si hubiera sido una trampa y lo que buscaban era hacerte daño?
–No es así, Rawrap es buena persona.
–¿Buena persona? Apenas lo conocimos hace 3 días. ¿Y por qué tienes esa confianza de llamarlo por su nombre? Maldita sea Karim, ellos sólo están aquí para vigilarte, nadie confía en ti.
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Hijos de los Elementos
Fantasy¿Cada quien tiene un destino o cada cual elige su camino? Nadie conoce la respuesta a esta pregunta, pero también sabemos que nadie elige dónde nacer. Muchos prefieren regirse por sus tradiciones, otros por la suerte, y pocos por propia determinació...