Capítulo 14: Namid

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Aquella melodía que escucharon a Karim tararear ahora estaba siendo reproducida por sonidos de flautas, agregando toques suaves en botellas con diferentes niveles de agua. Las coristas dejaron salir su voz en ritmo lento a la vez que Karim estaba en una postura recta con un pie frente al otro mientras alzaba sus brazos con suavidad.

«Al cerrar mis ojos, recuerdo la suave voz que me guió hasta aquí diciéndome: No puedes volver, no puedes regresar a aquel inmenso abismo.»

Aquella letra proporciona el silencio que lograba ver con atención como la joven hacía un movimiento lento y circular con el pie al frente y luego doblando al ritmo de su cuerpo de la misma forma, hasta que su marcado en el paso del son de los instrumentos se volvió más vivaz. Karim pisó firme con el pie derecho emitiendo una onda de fuego de la piedra de su pulsera de tobillo.

«No voy a volver, no voy a regresar a ese inmenso abismo. Su gentil voz la puedo escuchar alentándome a olvidar el dolor para seguir, avanzar y salir de la desesperación…

Puedes fallar, incluso perder pero siempre lucha por vivir. Supera todo tu miedo por aquello que debes proteger.»

El creciente ritmo se acompañó de pequeñas llamas invocadas de sus gemas, chispas eran dejadas en el vuelo, líneas de fuego que se marcaban y seguían los movimientos libres y armónicos simulando corrientes de agua en el aire.

«Puedes fallar, incluso perder pero siempre lucha por vivir. Supera todo tu miedo por aquello que debes proteger.

El camino es largo, entrena y prepárate para el destino que te reclama, aunque cansado estés y con pies descalzos, concéntrate en ver la tenue luz. Su gentil voz la puedo escuchar alentándome a olvidar el dolor para seguir, avanzar y salir, de la desesperación.»

Una combinación de fuerza, fineza y elegancia que deleitaba a la vista y no permitía el quitarla en ningún momento.

«Vas a sentir temor, vas a sentir dolor, pero levantarte es tu única opción para superar tu miedo y proteger aquello que amas.

Protege aquello que amas.»

Un final que terminó formando alas con las flamas a la espalda de Karim con ella en la misma postura recta, con un pie delante del otro, pero con los brazos flexionados a su pecho entrelazando sus dedos y cubriéndose con la capa.

Las voces de emoción acompañadas de aplausos no se hizo esperar entre los espectadores ovacionando a la joven que retiraba la máscara mostrando su alegría y ofreciendo reverencias en gratitud.

–Impresionante ¿no? –el prometido de Karim se acercó al joven pelirrojo que prácticamente estaba embobado mirando a la chica. –¿Notaste que su forma de pelear es parecido a su baile?

–Sí… Lo incorporó de una forma muy artística.

–No puso su estilo de pelea en el baile, hizo de su baile su forma de combate.

–¿Qué?

–Esa profecía de la que tanto hablan, no ha hecho otra cosa que arrebatarle su vida.

–Randall…

–Aquí, a los que basan su viveza en la danza, son llamados Namid, que significa Bailarín. Desde muy pequeña ella tenía gran afición por ese arte, aún la tiene, pero se ha visto obligada a cambiar la música por el sonido del acero chocar con otro.

El príncipe miraba con compasión a la joven rebosante de alegría rodeada de aquellos que alagaban su función.

–Lamento eso…

–¿Lo lamentas? ¿Por qué razón te sientes culpable? No confío en ningún extranjero debido a que constantemente la han atacado desde que esa profecía apareció. Se supone que la deben de mantener en secreto, pero a quien más ha perjudicado, por no decir que la única, ha sido a Karim.

–Haremos todo lo posible para que ella no tenga que sufrir más. –Rawrap se extrañó al ver al contrario sonriendo con cierta burla. –¿Qué es tan gracioso?

–Tú. Te tomas demasiadas molestias para procurar a alguien que apenas conoces. Y no me digas que es porque has hablado con ella en estos días que estuviste aquí.

–Ella no tiene la culpa de una visión que puede estar errada.

–Por eso la hemos mantenido aquí. –el mayor comenzó a caminar al frente en dirección a la chica, pero se detuvo antes de apartase de Rawrap. –Pero no creas que dejaré de cuidarla sólo porque salga de Tenebris. A donde vaya, yo iré. –dijo finalizando la conversación y yendo a besar a su prometida.

El príncipe de Ignis observaba fijamente a esa joven con mirada tan feliz por lo que le apasiona que en su pecho un sentimiento le estrujaba en sus adentros al ponerlo a reflexionar en la vida relativamente cómoda que ha tenido, en comparación con la que ha vivido quien es considerada una amenaza. Pero por ello, puso en su rostro una sonrisa para felicitarla.

×~×~×~×~×

–Vengan por aquí. –dijo Karim habiendo terminado la celebración de su cumpleaños e invitando a los príncipes y princesas de la profecía junto a sus hermanos arriba la montaña y siendo más de madrugada, también los acompañaba Nauzet y Randall. –Cada año nuevo siempre hay una lluvia de estrellas. Aquí es el mejor lugar para verlos.

–¿En verdad? Eso es genial. –mencionó Aisha saltando de alegría.

–Sí, además, siempre es puntual. –la vista de todos fue puesta al cielo, esperando el momento mientras platicaban alegremente y se divertían viendo a Mocca acurrucarse en la chica de Tenebris, aunque los de Lux se hallaban más reservados. –¡Ahí están! –exclamó con encanto. –Feliz cumpleaños a nosotros.

Las vistas no fueron decepcionantes causando asombro por tal escenario mágico, Rawrap, sin embargo, desviaba sus ojos a la joven feliz que admiraba el firmamento como si fuera la primera vez a pesar de que no lo era. Sólo un pensamiento se le venía a la mente, algo que le hacía desear poder protegerla.

Hijos de los ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora