El señor con capa y capucha puesta, se había acercado hasta una fuente cerca de las puertas para entrar al bosque izquierdo, allí esperó hasta que la extraña mujer apareció, vestido negro para perderse entre las sombras y una capucha ocultando su rostro.
Todos veían la escena sin lograr escuchar algo por el viento arrastrando las palabras y la distancia en la que se encontraban, si bien los sospechosos corrían el riesgo de ser encontrados por estar en un lugar algo despejado, también tenían la oportunidad de que su conversación no se escuchara por lo mismo.
—Están muy lejos —mencionaba Randall—. Deberíamos capturarlos ahora antes de que huyan.
—No, espera —ella tomó su comunicador y presionó el botón para llamar a Marino—. Hey, ¿tus artefactos pueden guardar las palabras?
—¿Guardar? Ah, sí se puede hacer con el botón rojo, se mantiene presionado por su cuenta. ¿Qué planeas? —no tuvo respuesta cuando ella colgó para llamar al príncipe de Ignis.
—Rawrap, no los capturemos hoy, esperemos hasta el próximo encuentro.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Dijiste que ellos usan un mismo encuentro por todo el mes y luego cambian al siguiente. Hazme caso, usemos el próximo día.
—De acuerdo… —colgó.
—Karim, ¿qué planeas? —dijo Randall viendo junto a la joven como los sospechosos habían terminado su conversación y se retiraban.
—Ya les explicaré luego. Ahora vamos, seguiremos a la mujer para ver por dónde se escapa.
Ambos hicieron eso, siguieron a la mujer hasta un callejón sin salida, sin embargo, al llegar, ella ya no estaba. Al volver para reunirse con los hermanos y Marino, todos estaban confusos de la decisión de la chica. Explicó que dejarían un comunicador grabando lo que los sospechosos digan, así, si no logran capturarlos esa noche, al menos tendrían una prueba como evidencia.
—Oh, esa es una buena idea —dijo Marino tratando de abrazar a la chica, pero Randall se interponía.
—¿Y a ti por qué no se te ocurrió siendo que esas cosas son tuyas? —agregó el mayor con los brazos cruzados.
—Lo siento —sonó más como pregunta que disculpa.
—Ya, ya, regresemos al palacio —mencionó Aisha riendo bajo—. Ya tenemos más posibilidades de reunir evidencias, es todo lo que nos debe importar ahora —añadió con los demás asintiendo.
El siguiente día no pasaba más allá de ser un entrenamiento entre la pareja siendo observados por los hermanos y Marino, el rey se acercaba con su amigo y su esposa, como siempre, elogiando al par de aliados para luego invitarlos a una cacería de jabalíes por el bosque de los dragones, para aprovechar el banquete.
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Hijos de los Elementos
Fantasy¿Cada quien tiene un destino o cada cual elige su camino? Nadie conoce la respuesta a esta pregunta, pero también sabemos que nadie elige dónde nacer. Muchos prefieren regirse por sus tradiciones, otros por la suerte, y pocos por propia determinació...