–¡Hola! –la voz de la princesa Aisha de Ignis irrumpió el ambiente. –¡Soy Aisha Igneel! –dijo tomando la mano de Karim y moviéndola arriba a abajo.
–Hola. –respondió la contraria riendo bajo.
–Disculpen mi explosión de euforia, pero ¿no tienen frío aquí?
La pregunta de la joven no era extraña, pues habían venido no sólo cruzando los cielos, sino que se encontraban en la época de invierno, así que el aire frío fue un plus en el viaje aéreo. Brandon ofreció ir dentro, algo que la menor encantó de inmediato siguiendo a los que entraban junto a su padre, sin embargo, Karim prefirió quedarse afuera, quería una oportunidad para hablar con el dragón. Todos los demás estaban entrando, a excepción de Randall y Nauzet, Rawrap se detuvo en la entrada y observaba como la joven se acercaba a su compañero reptil, se dio la vuelta y miró la escena con curiosidad.
–Karim, no te acerques. –replicó el mayor.
–Cálmate, sólo quiero hablar con él.
–¿Él? –el pelirrojo estaba sorprendido, pues casi nadie se refería a las criaturas de ese modo.
–Hola. –dijo la joven al dragón, quien aún seguía recostado. –Soy Karim Menna, es un placer conocerlo.
–... Me llamo Rex. ¿Siempre eres tan curiosa?
–Un poco. –rió bajo. –Muchas veces he tenido la oportunidad de verlo volar, y es algo que me encanta observar.
–Oh. –el dragón se volteó a quedar frente a ella a la vez que los chicos se ponían en guardia por preocupación de que la bestia atacara. –¿No me tienes miedo?
–¿Por qué lo tendría?
–Soy un dragón, lo normal es que me teman.
–¿Normal? –dijo en voz baja. –Bueno... supongo que es algo que no tengo en común con los demás. A veces lo normal es aburrido.
–... –la criatura se alzó y comenzó a reír fuertemente, haciendo extrañar tanto a los que estaban fuera de la torre como a los que se hayan dentro. –Niña, me agradas. ¿Qué quieres saber? –dice recostándose de nuevo.
Los ojos de la joven se iluminaban de emoción, empezando a preguntar y conversar con Rex, quien le pidió no fuera tan formal y que le llamara por su nombre. Los hermanos se acercaron al par que hablaba, Nauzet se había relajado un poco, pero Randall miraba desconfiado tanto al dragón, como al pelirrojo que observaba sonriente a la chica.
Prontamente, más sombras se proyectaban en el suelo, grifos, Pegasos, mantícoras, kiyas y un lobo azul se avistaban en el cielo, también escuchaban el galope de unos caballos, de entre los cueles, se podía observar a un unicornio, además, a un par de kilómetros, se podía ver a dos barcos, uno que navegaba normal y otro que estaba montado sobre una criatura acuática. La joven estaba sorprendida al ver semejante escena, tan sublime y espectacular, queriendo acercarse a cada criatura que sus ojos dilucidaban.
Un par venía bajando muy rápido, Tiziano de Terra y Victoria de Tonitrua, se conocieron durante el camino y ambos competían en quien llegaba primero, Rawrap se acercó a su compañero y la joven se separó un poco del resto para ver la carrera que el par tenía, fue entonces que una corriente de aire sopló justo cuando estaban llegando al suelo, haciendo que Tiziano y su bestia se desbalancearan y fueran en dirección a Karim, ella estaba preparada para esquivar, pero el príncipe de Ignis se lanzó a ella quitándola del camino.
–Agh... –la joven se quejó tomando su cabeza y abriendo los ojos.
–¿Estás bien? –preguntó el chico estando arriba de ella y frente a su cara.
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Hijos de los Elementos
Fantasy¿Cada quien tiene un destino o cada cual elige su camino? Nadie conoce la respuesta a esta pregunta, pero también sabemos que nadie elige dónde nacer. Muchos prefieren regirse por sus tradiciones, otros por la suerte, y pocos por propia determinació...