Condición

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Sasuke después de ese fatídico día se volvió callado, su ceño la mayoría de las veces se encontraba fruncido y si no te apartaba simplemente te miraba con desprecio. Un desprecio hacia el mundo había crecido en él. Un desprecio hacia su héroe y ejemplo a seguir. Itachi Uchiha había logrado hacer su corazón como una roca y lo había condenado a la oscuridad. Lo había condenado a buscar poder a toda costa para que pagara. Una sed de justicia y venganza había crecido en su interior. 

- Ven ______-chan - habló el rubio con alegría.

- Naruto - habló divertida y advertencia.

- Claro, claro, ya que... Adiós, Teme - se despidió y solo recibió una mirada de odio y molestia. Naruto ante aquella mirada frunció el ceño pero al ver la mirada de advertencia de su amiga decidió a ignorarlo, otra vez.

De alguna forma, por muy egoísta que sonara, se sentía aliviado, ya no era el único que se sentía solo. Alguien más compartía su dolor. Sin embargo, no sabía cómo acercarse a él, lo había intentado, pero no tuvo el valor suficiente para hablarle. Quería demostrarle que él no se encontraba solo, pero no podía.

- Lo dejo en tus manos _______-chan - dijo el rubio mientras se sentaba en su columpio. Confiaba que su amiga podía, ella le había mostrado lo que significaba ser acompañado, ser querido, ser tratado como su igual, y no como basura. Ella lo había sacado de aquel lugar oscuro y desgarrador en el que se encontraba. El silencio abrumador ya no se encontraba, había hecho que ir a la escuela, aunque parezca raro, fuera su cosa preferida, había hecho que el miedo de vivir en las sombras desapareciera.

[...]

- ¿Quieres tomates, Sasuke? - preguntó la menor mientras le extendía una rodaja.

El azabache miro la rodaja y después a ella, su mirada era fría y sin interés alguno, su ceño estaba fruncido. Se limitó a ignorar aquella pregunta y siguió comiendo.

- Se dice "No, gracias" - dijo con el ceño fruncido.

Después de unos minutos el ambiente se encontraba tenso, solo se escuchaban algunos pájaros. Sasuke simplemente se encontraba con el ceño fruncido perdido en sus pensamientos, sus ojos estaban completamente perdidos.

- Sabes... ayer descubrí que podemos tener

- Te deje estar aquí con una condición - sus palabras eran frías, un escalofrío recorrió la espalda de la menor - Que no hablaras.

Al instante la pelinegra frunció el ceño, pero cuando estaba a punto de protestar se calló.

- Eres un Tonto - susurro recibiendo una mirada de odio que no se atrevió a sostener.

El ambiente cálido que siempre se mantenía presente ahora era frío y tenso. La Utakama no sabía qué hacer, apenas había conseguido respirar el mismo aire que él, y eso la estaba ahogando poco a poco.

Curiosidad... (Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora