Curiosidad... (Sasuke y tú)

La nueva Hokage

- Buenos días, _______-chan - saludó con una sonrisa zorruna.

La menor un poco desorientada se levantó de dónde anteriormente estaba acostada.

- Sí que sabes como preocupar a la gente. - empezó a regañarla - Mira que eso de los 40 y algo de días fue muy problemático. ¡Wow! Soné como Shikamaru - se sorprendió mientras que la menor ladeaba la cabeza un tanto confundida y desorientada. Sus ojos denotaban cansancio.

El rubio, como siempre tan ruidoso, se calló al sentir como alguien jalaba levemente su chamarra. Al ver a la causante, vio como la menor le hacía señales para que se acercara más a ella.

- ¿Qué pasó ttebayo? - preguntó extrañado, a los segundos sintió como la menor recargaba su cabeza en su pecho.

- Gracias - murmuró lo suficientemente alto para que el chico escuchara. El rubio se quedó un poco sorprendido y después sonrió con alegría.

- ¡De qué hablas, ______-chan! ¡No fue nada! ¡Fue un juego de niños para mí traer a la abuela Tsunade! ¡Dattebayo! - exclamaba feliz sintiendo el peso de la chica en su pecho.

Una pequeña vena apareció en el rostro de la nueva Hokage ante aquel insulto. Sin embargo dejó a esos dos en paz para ir con Rock lee, ya se quería quitar a Guy de encima.

La menor ante lo que dijo el chico rió nasalmente, extrañaba la voz escandalosa del rubio. - Naruto - llamó para voltear hacia arriba para ver al chico - Tengo hambre - se quejó con un puchero.

- ¿Eh? Pero si acabas de levantarte - habló un tanto incrédulo, y la chica solo se encogió de hombros.

- Tengo hambre.

Se separó del chico para darle una sonrisa cálida tratando de así conseguir comida, sin embargo, una mueca cansada salió a la luz.

- Ya que - suspiró derrotado el Uzumaki - Te traeré un ramen de Ichiraku, pero no podré comer contigo, Iruka- sensei y yo acordamos en comer hoy Ramen. - dijo una sonrisa resplandeciente, hace mucho que no platicaba con su maestro. - Y trata de descansar un poco en lo que vengó, pareces un zombi dattebayo - dijo mientras se empezaba a ir.

- Que cruel. - murmuró disgustada ante el último comentario, aunque no estaba en condiciones para negárselo.

[...]

Todos se encontraban en la proclamación de la nueva Hokage. Una Utakama miraba con un pequeño brillo en los ojos a la Senju. Estaba presenciando la ceremonia de la primera Hokage mujer, y, sin duda alguna, se podía apreciar lo fuerte y decidida que era con solo mirar sus ojos avellanas y su postura autoritaria.

- Es increíble - murmuró encantada al ver a la nueva Hokage. 

La aldea estaba destruida, estaba en crisis. Por lo tanto todos tenían que trabajar el doble, si alguien se lastimaba al momento de estar estables se les encomendaba una nueva misión.

Los aldeanos se encargaban de ayudar a reconstruir la aldea, mientras que los shinobis se encargaban de traer los recursos necesarios para que se llevará a cabo.

- Utakama. - habló fuerte y claro. La menor hizo una reverencia. - Sabes en qué condiciones nos encontramos - volvió a hablar mientras veía como se enderezaba. 

A simple vista podía deducir que todavía le hacía falta controlar de manera correcta su chakra. Sabía dónde se encontraba desde que abrió la puerta. 

- Cheque tu expediente y todas las pláticas que has tenido con el tercer Hokage - la menor estaba consciente de eso, al ser una Utakama se encargaban de escribir todas las conversaciones importantes que tenía con un superior. - Y creo que ya estás preparada para esta misión - comentó mientras extendía un pergamino.