La noche estaba nublada y no daba indicios de despejarse pronto.
Los muros de Konoha, ahí es donde se encontraba sentada una niña con ojeras. No se había ido de ahí desde la noche anterior y aunque le habían negado estar ahí no tenían opción ya que la niña se había puesto un sello el cual no se iba a quitar después de un día o hasta que ella quisiera, este sello se lo había enseñado su padre en una pequeña broma que le había hecho a la pequeña.
Flash back
Una niña de cinco años se negaba a abrir un libro que le había puesto su padre a leer.
"Hasta que no lo leas no te vas a ir" aquellas palabras había salido de la boca de su padre al ver que la niña se iba a ir a la sala, ella nunca fue muy difícil de tratar cuando de obedecer se trataba, pero este era un caso especial, ella odiaba totalmente la lectura, lo peor de todo es que si volteabas a ver la ventana que estaba a su lado derecho podía apreciar a los niños correr en la calle.
YO TAMBIÉN QUIERO JUGAR -Pensaba la niña con el ceño fruncido.
Pero si me levanto se va a enojar - pensó mientras dirigía su mirada a la cocina en la cual se encontraba su padre lavando los trastes.
Era la única persona que conocía, eran ellos dos contra el mundo, nadie la veía a ella y ella no veía a nadie, y aunque lo hiciera estaba segura que al siguiente día la iban a ignorar como si nada hubiera pasado, eso ya había ocurrido anteriormente.
Por un día en que no le haga caso no pasa nada - pensó la niña al ver a su padre entretenido con lo mismo.
Decidida se levantó de su asiento y se dirigió a su habitación, pero al momento de pisar el primer escalón se encontraba nuevamente sentada en su silla.
Su confusión se podía apreciar perfectamente en su cara, volteo a ver en donde se encontraba su padre pero este seguía lavando trastes.
Intentó volverse a parar pero no fue posible aquella acción, una y otra vez lo intentaba pero nunca tuvo consecuencia positiva, en cambio terminó en el suelo.
- Esto es un asco - susurro la niña con fastidio mientras veía como su padre se paraba al frente de ella.
- Sabes, creo que tienes una manera muy rara de leer - comentó simple mientras inclinaba su cabeza ligeramente a un costado.
La Utakama menor con un muy notable tic en el ojo pregunto - ¿Qué me hiciste? - su ceño y labios estaban fruncidos y su nariz estaba arrugada.
- Solo te estoy ayudando a que te quedes sentada - dijo con simpleza - Vi como estabas perdiendo el equilibrio en la silla así que te puse un sello para que te quedaras sentada - se encogió de hombros - No te vas a poder levantar de ahí hasta que acabes de leer el libro - y después de esas palabras nadie dijo nada.
La niña fue levantada, sin la silla (Ya le había quitado el sello), por su padre el cual ahora veía como su testaruda hija no había abierto ni siquiera el libro y ya se encontraba dormida.
Fin del Flashback
- Papá te prometo leer todos los libros que quieras si vuelves - dijo la niña al aire con la esperanza de que el aire le ayudará a comunicarse con su padre - Pero tienes que volver - esas fueron las ultimas palabras que salieron de su boca.
¿Dónde estás? - esa fue la pregunta que tres niños se hicieron esa noche, dos preguntándose por la misma persona y la ultima preguntándose por la única persona que la había acompañado a lo largo de los años.
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Curiosidad... (Sasuke y tú)
Fiksi PenggemarTodos la conocen pero nadie la conoce. Ella es como una pieza de un famoso museo, la puedes admirar pero no la puedes tocar. ¿Qué pasa por su mente todos los días? - esa pregunta es la que siempre atormentaba a un pequeño niño, curiosidad