¡Ahhhh! ¡En busca de ayuda!

3.5K 446 185
                                    

El Lunes soleado fue interrumpido por una niña de 10 años y medio.

¡CRECIÓ! ¡NO! ¡CRECIERON! - La pre-adolescente tenía sus mejillas totalmente sonrojadas, estaba frente al espejo que se encontraba en su baño - ¿Qué diablos tengo que hacer? - se preguntó completamente sonrojada. 

Lo había notado gracias a sus compañeros, de repente empezaron a verla algo sonrojados (aunque como siempre a los segundos la volvían a ignorar), ella no lo entendía, también algunas veces cuando estaba cerca de sus amigos se sonrojaban 

"¿Por qué de ser ignorada ahora la empezaban a ver mucho?", "¿Y por qué sus mejillas siempre estaban sonrojadas?" esas preguntas siempre le abordaba "¿Será que las acosadoras de su amigo dijeron alguna mentira de ella?", "No, lo olvidarían al instante"

Ahora que estaba frente a su espejo pudo ver el porqué de sus compañeros - ¿Los dejo así o... me tengo que poner algo? - se preguntaba ¡Maldición! ¡Ella nunca tuvo una madre para que le ayudara y su padre no le dijo nada de...eso! 

Las señoras usan esa cosa en sus pechos...pero los de ellas están más grandes... - estaba avergonzada, ¿Qué se supone que tenía que hacer? No tenía a nadie que le ayudara en ese...tema, solo tenía amigos varones, y definitivamente no les preguntaría a ellos, un suspiro se escapó de sus labios, no quería que las miradas siguieran puestas en ella, tendría que buscar una solución y rápido.

[...]

De camino al instituto se podía apreciar a la Utakama con un ligero rubor en sus mejillas, traía puesto lo mismo de siempre con la diferencia que ahora usaba una muy apretada blusa interior, le incomodaba un poco pero nada que no pudiera soportar.

- ¡Hola, ______-chan! - su alocado amigo rubio la saludaba con entusiasmo, ella se limitó a saludarlo con la mano y una sonrisa, seguía avergonzada al saber el porque sus amigo y todos sus compañeros la veían.

Al llegar al lado del rubio este volvió a hablar - ¿Estás bien _____-chan? - preguntó el rubio un tanto preocupado por no haber recibido ni una sola palabra de su amiga y por el extraño sonrojo que esta tenía en sus mejillas, ella se limitó a asentir para dirigirse a su salón. 

¿Qué tendrá? - se preguntó mientras la miraba de reojo.

[...] 

Ya era hora del recreo, era Viernes y los dos amigos de la pelinegra estaban extrañados por su actitud.

En todas las clases estuvo sonrojada y siempre evitaba su mirada, aparte de que anotaba algo en su libreta pero ninguno podía ver que escribía porque siempre lo tapaba con su brazo.

- ¡Por fin vamos a comer! - grito el rubio, sacándola de sus pensamientos.

La chica volteo a ver a su lado derecho donde el rubio encontró al rubio sacando su bento, a su lado izquierdo estaba el azabache viéndola con el ceño fruncido, todo el día había estado con el ceño fruncido al no saber qué le pasaba a la oji-café.  

Sus mejillas se sonrojaron al instante, no podía verlos a los ojos, cosa que ambos notaron - Hoy... no voy a comer con ustedes chicos - los mencionados se sorprendieron ante aquello.

¿Otra vez no quería comer con ellos? ¿Ahora que hicieron? Esas y más preguntas los abordaban, recordando la vez que dejó de comer con ellos por estar peleando por quien comería ahora con ella. Vieron como su primer amiga sacaba su bento de su mochila, aún con sus mejillas sonrojadas y totalmente nerviosa, se fue por debajo de los asientos para salir pero antes de lograrlo alguien la detuvo.

- ¿Por qué? - preguntó serio el azabache mientras tomaba la muñeca de su amiga - ¿Por qué estás actuando tan raro últimamente y más hoy? - preguntó con voz firme mientras veía como su amiga se volteaba a su dirección pero su mirada estaba puesta en la ventana.

Curiosidad... (Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora