Perdón

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Lunes, el sol estaba deslumbrante, en el cielo se podía apreciar algunas nubes pero el viento se encargaba de sacarlas del panorama.

Iruka Umino daba su clase como cualquier otro día normal, sin embargo, estaba preocupado por dos de sus alumnos, dos de ellos estuvieron serios en toda la clase, cosa que es normal en el más grande, pero en el rubio no, aparte que los dos tenían el ceño fruncido. Él sabía que la pequeña Utakama también era amiga de esos dos, pero le era imposible verla, por obvias razones.

La pequeña que estaba en medio de ellos tenía un semblante triste, en toda la clase solo se la había pasado jugando con su lápiz.

- Eso es todo, pueden salir al receso - anunció el profesor mientras que de manera disimulada miraba a esos dos niños problemáticos.

El Uchiha y el Uzumaki ya no se encontraban en el aula y la Utakama seguía jugando con su pequeño lápiz.

Ambos le habían dado en donde más le dolía, que la ignoraran. Sin embargo ellos no sabían eso, ya que ella nunca les había contado sobre su clan, nunca les había contado por qué antes no tenía amigos, por qué siempre que ganaba un pequeño torneo de taijutsu aunque ganará, nunca la notaban, por que aunque contara con una gran belleza nadie la notaba más que ellos dos.

El sonido del lápiz rodando por el escritorio era lo único que sonaba en el salón de clases.

Ya habían pasado tres días desde que los chicos la ignoraban, y tristemente todavía no sabía cómo implementar bien lo que tenía en mente para que la perdonaran.

[...]

Eran las seis y dos pre-adolescentes caminaban un poco más calmados hacia la casa de su amiga, aunque no quisieran debían que ir al departamento de su amiga, ese día le tocaba a Sasuke hacer de cenar, en una de las normas que habían hecho acordaron que no importaba si alguien estaba molesto o indispuesto a ir, la cena es y siempre será algo esencial.

La casa de su amiga estaba abierta, cosa de lo más normal, al entrar vieron las luces apagadas, eso no era normal, al encenderlas se toparon con una nota en la mesa.

Ambos al leerla su sangre hirvió de enojo.


"Voy a entrenar, no me esperen"

[...]

Ambos rápidamente se encaminaron al lugar de entrenamiento de su primera amiga, ambos se encontraban enojados pero también preocupados.

Al llegar se encontraron una manta tendida en el suelo, arriba se encontraba un plato de ramen, unos onigiris, tomates en rodajas, un pastel y una canasta.

- ¿Me perdonan? - preguntó la Utakama haciendo acto de presencia, estaba con la cabeza baja, sus manos estaban en los bolsillos de su chamarra y miraba sus pies como si fuera lo más interesante del mundo.

El silencio abundó y la pequeña se limitó a morder su labio inferior para no llorar al frente de ellos.

- Pe-perdón por ser tan arriesgada con mi entrenamiento, les prometo que no me voy a arriesgar tanto como lo he hecho hasta ahora - empezó a hablar tratando de que su voz no saliera entrecortada, no iba a llorar, no frente a ellos - Me cuidare mas, pero no dejaré de entrenar, eso no les puedo conceder, necesito ser más fuerte - dijo decidida - Por favor ya no me ignoren, son las únicas personas que me quedan y es un verdadero infierno tenerlos a mi lado pero que actúen como unos completos desconocidos - dijo mientras los miraba a los ojos llenos de lágrimas esperando una respuesta de ellos, al acabar de hablar sintió como Naruto la abrazaba fuertemente, escucho pequeños sollozos por parte de él y ella correspondió con fuerza su abrazo mientras escondía su cabeza en su cuello.

Curiosidad... (Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora