Tres chicos recogían basura y mala hierba de uno de los tantos campos de entrenamiento que existían en Konoha, la verdad no había puesto verdadera atención, no es como si fuera necesario o importante la localización de su nueva misión, después de todo su sensei los llevaría al final.
- ¿Has comido uvas? - preguntó sorprendido el más ruidoso del grupo. No era de extrañarse, ya que las frutas realmente eran muy caras y aquellos frutos estaban sin dudarlo en el top 3 de las frutas más impagables y codiciadas de Konoha.
- Cuando era pequeña mi padre me las regaló de cumpleaños. - informó recogiendo un kunai extraviado, estaba pensando seriamente en abrir una tienda de kunais, en esa pequeña zona de entrenamiento habían recolectado gran cantidad de estos y solo se trataba de un campo, no podía imaginar la cantidad de armas ninjas que podría recolectar si iban a todos las áreas de entrenamiento.
- La verdad prefiero un pastel que una fruta, es más barato, más rico y mucho más llenador - habló el mayor, tratando de que el peli-café del grupo no hiciera preguntas sobre la familia de la menor, si bien a leguas se notaba que no se encontraba cómoda con el tema, su amigo muchas veces podía ser despistado cuando de leer el ambiente se trataba.
- Prefiero los pays - siguió el tema del pelirrojo.
- ¿Acaso siempre estás a mi contra, mocosa? - habló con reproche Akiro. Por otro lado, el más animado del grupo, Dai, empezó a sacar la hierbas al sentir que su sensei se acercaba a supervisarlos, ventajas de ser un ninja sensor.
- De vez en cuando, me gusta hacerte enojar - confesó mientras se encogía de hombros desinteresada. Claro que siempre peleaban, siempre en las misiones él la veía con aires de superioridad por el simple hecho de parecer una chica débil, se podría decir que comprendía un poco a Naruto cuando se peleaba con Sasuke; aunque igual que ellos, al final la pasaban bien y olvidaban las peleas para pasar un buen rato riendo de las tonterías que hacia Dai.
- Se nota. - habló despectivo analizando a la menor.
- No es por nada, pero ya viene el sensei - se escuchó la voz de Dai haciendo que sus compañeros les diera un pequeño escalofrío al ver que su parte estaba relativamente igual a cuando su superior había partido por un refrigerio.
- ¡Ya ves, niña! ¡Por tu culpa no nos va a dar dangos! - se quejaba Akiro mientras sacaba rápidamente todas las hierbas que estaban a su alcance.
- ¡Tengo un nombre, tonto! ¡Y no fui yo quien inició la conversación! - reclamó sin dejar de quitar las hierbas de raíz aunque eso significará ganarse rasguños y un par de espinas.
- Es cierto - reconoció el mayor.
- Sin duda alguna me tocaron unos holgazanes - habló su sensei con la boca llena de dangos importándole poco si no les daba un buen ejemplo a sus alumnos, cuando de modales se trataba, después de todo él solo estaba encargado de enseñarlos a luchar y servir sin dudar a su Aldea, sea cual sea la misión.
- No fue nuestra culpa, Dai no se callaba, ya sabe como es de parlanchín. - dijo el pelirrojo culpando a su ofendido compañero. - Y por estar de distraído se encajó una espina y ella se la tuvo que quitar, ¿verdad, ________? - preguntó pidiendo apoyo, el cual llegó de inmediato.
- ¡Eso es mentira! - reclamó el mayor de aquel trío, Karatsu únicamente suspiro frustrado al ver como ni siquiera sus alumnos podían hacer una mentira creíble.
- Solo coman, ya no interesa - despreocupado aventó aquella bolsa con dulces, que rápidamente Akiro tomó y se fue a recostar un rato en la sombra de aquel árbol. A veces la menor se preguntaba si fue buena idea poner a un adolescente a cargo de un equipo gennin, si bien era un jounnin a veces su actitud era muy despreocupada, sin embargo, siempre un peli-plata se le cruzaba por la cabeza y olvida sus quejas, de alguna manera pensaba que estar en el equipo del Hatake era un poco peor que el suyo, ya que simplemente él nunca le exigiría llegar a tiempo, en cambio, Karatsu Kyokasho odiaba la impuntualidad, todavía recuerda el día que la dejaron y realizaron todas las misiones sin ella, esa fue la primera vez que había recibido un regaño de su Hokage.
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Curiosidad... (Sasuke y tú)
FanfictionTodos la conocen pero nadie la conoce. Ella es como una pieza de un famoso museo, la puedes admirar pero no la puedes tocar. ¿Qué pasa por su mente todos los días? - esa pregunta es la que siempre atormentaba a un pequeño niño, curiosidad