Curiosidad... (Sasuke y tú)

Admiradora

Era de noche, las calles de Konoha seguían iluminadas y todavía se escuchaba el transitar de las personas.

Naruto se fue a la cocina, ahora a él le tocaba hacer la cena.

Sasuke se encontraba en la mesa comiendo unos chocolates amargos, a un lado se encontraba unos pergaminos con jutsus de su clan.

La menor se encontraba en su pequeño escritorio mientras miraba de reojo al Uchiha de vez en cuando. Llevaba leyendo cinco veces la misma página y no podía comprenderla. 

Ya habían pasado dos días desde aquel incidente con el Uchiha. Si bien dijo que la disculpaba ambos sabían que ahora Sasuke se encontraba enojado por otra cosa. Se notaba en sus acciones, si bien él no era muy platicador, siempre respondía cualquier pregunta o tontería que decían sus amigos (a veces con un insulto de cortesía), con Naruto seguía normal, pero se notaba a kilómetros que el mayor ignoraba a la menor.

- ¿Y esos chocolates dattebayo? - preguntó Naruto llevando unos platos con Soba. Sí, ya sabía hacer de comer, aunque algunos platillos a veces se le quemaban por estar distraído en otra cosa.

- Una admiradora los deja siempre en mi puerta - dijo mientras se encogía de hombros restándole importancia - Aunque la primera vez llevo onigiris - informó para llevar un chocolate a su boca.

La menor hizo un puchero mientras que un aura depresiva la rodeaba.

- ¿Y sabes quién es ttebayo? - preguntó interesado mientras veía como el Uchiha guardaba sus cosas para cenar. La menor al ver que los platos ya estaban servidos decidió ir a sentarse.

- Te faltan los vasos.

- ¡No cambies de tema, Teme! - La menor se sentó en la mesa y empezó a jugar con su comida.

- Es muy obvia - contestó rodando los ojos y la Utakama se ahogó con su propia saliva.

- ¡_______-chan! - exclamó el rubio preocupado y Sasuke se limitó a empezar a comer.

- ¿Estás bien, __________-chan? - preguntó y ella simplemente asintió - ¡Pero si hasta estás roja! - dijo el Uzumaki haciendo que las mejillas de la pelinegra se pusieran más rojas.

- Estoy bien Naruto, Dattebayo - ahora él que se ahogó fue el Uchiha - ¿E-estás bien, Sasuke? - preguntó mientras que se acercaba rápidamente a él mientras le daba pequeñas palmadas en su espalda.

Por otro lado, el rubio tenía un sonrojo en las mejillas, su boca estaba ligeramente abierta, y su mirada mantenía un brillo.

- Sí, solo que he decidido no perdonar nunca a mi admiradora - dijo seriamente mientras quitaba la mano de la Utakama de su espalda. La miro seriamente por unos segundos y después siguió comiendo.

La menor hizo un puchero y tocó levemente su hombro - ¿Y sí te da tomates?

- ... Nunca.

- ¿Y sí te hace de comer por una semana?

- Jamás.

- ¿Chocolates amargos?

- En absoluto

- ¿Pijamada?

- Ni loco

Naruto para este punto de la conversación ya se sentía totalmente perdido. ________ se encontraba con un puchero en los labios mientras escondía sus manos en su chamarra, su mirada era triste y se podía notar que estaba completamente nerviosa, aunque por cada pregunta que hacía se notaba más triste. Y todo eso solo lo provocaba el Uchiha el cual ni siquiera se dignaba a mirarla. Eso lo hizo enojar.

- ¿Abrazos?

- Menos

- ¿Mimos?

- ...

- ¿En- antes de decir algo más su amigo la interrumpió.

- Tomates... - la miró de reojo y luego miró su plato - Y el desayuno por una semana - dijo sin voltearla a ver mientras empezaba a comer.

- ¡Hai! - exclamó feliz mientras se posicionaba como un pequeño soldado.

Naruto solo se limitó a suspirar calmando su enojo. Sin duda alguna ________-chan era muy bipolar, aunque Sasuke no se quedaba atrás.

- La cena se está enfriando'ttebayo - 

- ¡Entonces a cenar! - exclamó feliz.

Con eso todos empezaron a cenar hablando de temas triviales, y una que dos risas.

[...]

El Uchiha abrió la puerta y se encontró con una pequeña canasta, la abrió y adentro habían rodajas de tomates y bolas de arroz. 

Sin poder evitarlo sonrió para después dirigirse a la academia. Tal vez eso le quitaría el sabor amargo que sentía cada vez que recordaba cual era su lugar en el corazón de la Utakama.

¿Cómo la reconoció?

Digamos que es difícil olvidar la comida que te hace sentir en casa.

***

Llegaron a la meta más rápido de lo que pensaba. Lo prometido es deuda, aquí está el capítulo.

¡Gracias por el apoyo que le están dando a la historia!

Atte:

paulinagreste