Curiosidad... (Sasuke y tú)

Entrenamiento

- ¿Cómo que no sabes usarlos?

- Bueno sí sé, pero no es como si los necesitara muy seguido - dijo la menor, desvió la mirada a su vaso y tomó de él.

- ¿El maestro?

- Sensei

- ¿Personas mayores?

- No hablo con ninguna

- ¿Superior?

- Sama

- ¿Amigos?

- Solo los tengo a ustedes. Además, no tienes derecho a reclamarme, tú estás igual - reclamó con sus mejillas infladas mientras lo apuntaba infantilmente. Sasuke se limitó a suspirar.

La chica iba a hablar pero después se arrepintió y decidió morder su bola de arroz.

- ¿Qué ibas a decir? - preguntó Sasuke después de unos minutos al ver que su acompañante no se decidía si decir algo o no.

- Nada en especial - negó la menor nerviosa, pero el chico con una mirada le hizo entender que no le creía en lo más mínimo - Solo recordaba el primer día que nos vimos. Que bueno que traías crayolas, no sé porque mis dibujos siempre quedan opacos con los colores - dijo la menor y luego dio una mordida a su origimi.

- No es cierto

- ¿Eh?

- Nos conocimos desde antes - la menor lo vio confundida - En una pelea de Taijutsu, peleamos juntos y me venciste - dijo y la menor se sorprendió.

- ¿Sasuke tú ya tenías el sharingan? - preguntó un poco aturdida la menor.

- No, lo obtuve cuando pasó lo de mi clan.

- Oh

- ¿Por qué?

- Curiosidad...- Y por primera vez, aquella copia de la menor, guardó sus sentimientos.

[...]

- Sasuke cuéntame una historia - pidió veía como sus pies se balanceaban.

Ambos se encontraban en la terraza del Uchiha.

- No me sé ninguna - dijo el mayor y ella lo miró de reojo.

Era tan extraño la inmensa paz que el Uchiha le transmitía con solo su presencia. Lo aceptaba, una de sus actividades favoritas era observar a Sasuke, aprenderse cada detalle de su cara y estudiar cada uno de sus gestos y silencios. Sasuke la miró y se encontró con esos ojos tan profundos, esos ojos tan fríos pero llenos de sentimientos.

- Mhm... que curioso.

Antes de que el mayor le preguntara un sonido molesto los sacó de su pequeña burbuja. Ambos se levantaron extrañados y se dirigieron a la puerta. Sasuke decidió abrir la puerta mientras que su acompañante se recargaba en la pared.

- ¡Sasuke! - se escuchó una voz alegre - ¡Que bueno que estés bien! ¿Por qué faltaste a clases? - preguntó confundida, sin embargo no era la única.

-...

- ¿Sasuke? - preguntó con duda al verlo tan pálido.

[...]

Dos niños se encontraban escondidos entre los arbustos del gran bosque. El viento soplaba con fuerza secando las gotas de sudor de dos niñas entrenando.

Los niños veían impresionados como ambas peleaban, casi parecía una danza sin fin. Ninguna de las dos cedía. Si una pateaba, la otra bloqueaba. Solo era taijutsu, casi parecía un tema tabú los jutsus.