Segunda noche

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Ahí seguía ella, su mirada estaba apagada al igual que su energía, la noche era fría y aunque la habían regañado e intentado quitar de aquel lugar fracasaron, le llevaron alimento para que no muriera de hambre pero solo tocaba la comida.

Sus ojos apagados ahora sí daban la impresión de ser totalmente negros, las ojeras tampoco ayudaban mucho.

A lo lejos dos niños de su edad la observaban con tristeza, podían apreciar cómo sus brazos estaban más delgados como toda su figura, sus cabellos despeinados por el aire que golpeaba constante su rostro, sus mejillas estaban pálidas y en sus ojos no se apreciaba nada.

- Vamos - dijo decidido el Uzumaki.

El Hokage había utilizado su última carta para convencer a la Utakama, ese sello en verdad era un problema.

Empezaron a caminar hacia su amiga la cual ni siquiera se había dignado a verlos, ambos ya se encontraban frente bloqueando su vista pero ella no se inmutó, su mirada seguía puesta al frente como si de una muñeca abandonada en la repisa más alta se tratara.

-________, se ha ido - esas duras palabras por parte del Uchiha fueron las que rompieron el silencio sepulcral.

- Tienes que volver a casa'ttebayo - habló  con más tristeza el rubio.

Ella seguía con la mirada fija al frente, sus gestos seguían igual de neutros y las palabras de sus amigos no parecían hacer efecto alguno.

El silencio volvió y con una mirada de ambos contrincantes entendieron lo que tenían que hacer.

- ¿Se ha ido? - fueron las palabras roncas que habían salido de la Utakama después de dos días.

Sus compañeros se limitaron a intensificar el abrazo grupal.

La primera lágrimas cayó, después de tanto tiempo.

La Utakama se aferraba a la camiseta de sus amigos, como si en cualquier momento se fuera a caer.

Los gritos de dolor desgarraban su garganta al estar completamente seca, de sus labios salían sangre al tratar de acallar sus lamentos con sus dientes, lágrimas seguían cayendo de sus ojos obscuros.

Así duraron por un buen rato hasta que se dieron cuenta que su amiga se había quedado dormida recargada en ambos, había quedado totalmente cansada, la noticia la había destrozado y su chakra se había acabado al haberlo utilizado en un sello muy complejo en dos días enteros.

Ambos chicos vieron como sus mejillas estaban empapadas y sus ojos hinchados.

- Será mejor que la llevemos a su casa - habló el Uzumaki observando todavía a su amiga.

- No, será muy doloroso para ella ir ahí - contestó el Uchiha con seguridad - Se quedará en mi casa - el Uchiha empezó a acomodar a su amiga en su espalda.

- ¿Y por qué tiene que ser en la tuya, Teme? - preguntó molesto el Uzumaki.

- ¿Tu casa está en condiciones de que alguien viva en ella? - preguntó sin interés para seguir caminando hacia su casa.

- ¡Claro que si dattebayo! - exclamó él Uzumaki ofendido, la penetrante mirada del Uchiha se dirigió a él - Bueno tal vez no - suspiro el Uzumaki para después ver a la pelinegra - Entonces me tendré que quedar en tu casa - concluyó el rubio, el ojinegro se limitó a verlo de reojo, de sobra sabía lo terco que podía llegar a ser Naruto.

- Como quieras - se limitó a contestar.

Curiosidad... (Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora