Recetas

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El día estaba soleado, el sol no era opacado por ninguna nube.

Se podía apreciar a una pelinegra en la mesa de su nuevo departamento.

Ya había pasado medio año. Todo era tan callado. Su puerta nunca era tocada y nadie más que ella sabía la decoración de su departamento.

Tomó un poco de agua para dejar los trastes en el lavavajillas.

Ese día tampoco era interesante.

[...]

Tres niños se encontraban comiendo encima del pequeño pasamanos que se encontraba en el patio de su escuela.

- Yo por eso solo compro ramen datte - dijo el rubio con una sonrisa.

- Es porque solo sabes hacer eso, Usuratonkachi - una sonrisa arrogante estaba en los labios del Uchiha. Ambos se empezaron a ver desafiantes.

- ¿Quieres que te enseñe, Naruto? - preguntó mientras le daba una mordida a su emparedado.

- No _______-chan, yo sí sé cocinar no necesito que me enseñes dattebayo - no iba a perder contra Sasuke.

- Oh, está bien ¿Y no quisieras ayudarme a hacer de comer? - Naruto la vio por unos segundos confundido. Ella al ver que se empezaban a sumergir en un silencio incómodo donde ella era el centro de atención se removió incómoda y empezó a jugar con su comida como si fuera lo más interesante en aquel momento - Pod-podríamos recetas cambiar, di-digo, intercambiar recetas. Aunque si quieres no, solo fue una idea - habló rápidamente. Silencio. Un silencio que se le hizo eterno a la menor.

Al alzar la mirada se topó con una sonrisa nerviosa de Naruto.

- Yoo... Claro, _______- chan - sonrió con nerviosismo - Me encantaría - el rubio estaba nervioso. La mirada penetrante del Uchiha estaba sobre él.

¡Maldición! ¡Ni siquiera sé cocinar! - pensaba el Uzumaki estresado al no poder intercambiar recetas con su amiga por su poco conocimiento en la cocina.

- Tú también ven, Sasuke. Seguro será muy divertido - dijo la menor con una sonrisa y el Uchiha con una sonrisa arrogante asintió.

Naruto lo miró con el ceño fruncido al notar lo que su amigo quería transmitirle con esa molesta sonrisa.

- Ya quiero saber qué recetas nos vas a compartir, Naruto - el rubio gruñó, pero antes de gritarle defendiéndose de ese insulto indirecto, la campana sonó.

- ¡Rayos! ¡Chicos díganle al profe que me lastimé y fui a enfermería! - y con ese grito desapareció del campo de vista. Ambos entendieron con esas palabras que iría al baño, no era la primera vez que hacía algo así.

[...]

Se podía apreciar como un rubio corría de un lado a otro buscando y echando cosas al azar en una gran olla de aluminio (Se tenía que subir a una silla para poder poner los ingredientes "correspondientes".).

Por otra parte, dos pelinegros se encontraban jugando dominó en la mesa de ese pequeño departamento.

- ¿Cuánto más crees que tarde? - preguntó la menor mientras ponía una ficha más en el respectivo lugar.

- La mitad de tu cocina ya está en esa olla, lo más probable es que dure dos horas más - contestó frustrado al ver que no tenía ninguna ficha para poner y tendría que ir a pescar.

- Vas a probar lo que está cocinando sin rechistar - advirtió la menor poniendo otra ficha, ya solo le quedaban dos.

El Uchiha al instante frunció el ceño mientras miraba de reojo como Naruto vertía una cabeza completa de ajos sin siquiera pelarlos - ¿Estás loca? - preguntó mientras la volteaba a ver otra vez.

Curiosidad... (Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora