Capítulo 8

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Las memorias de Dumbledore eran una carga demasiado pesada para Harry. Tom Riddle era bastante parecido a él en muchos aspectos de su vida, aunque ahora era Lord Voldemort en su momento fue un niño confundido, sin familia, maravillado por la magia..., como él. Con esos pensamientos se acercó a la sala común. Dudaba que hubiera alguien despierto a esas horas, por lo que, entro sin mirar más que a la escalera que daba directo a su dormitorio.

—Harry —era la voz de Hermione seguida por el inconfundible sonido de un libro cayendo sobre la mesa.

—Creí que todos estarían dormidos.

Hermione señalo con una sonrisa el libro de pociones sobre la mesita y Harry comprendió al instante. Con Harry siendo ayudado por el libro del Príncipe, ella no podía darse el lujo de quedar atrás. Aun así, él se miraba cansado, las clases con Dumbledore no habían ido bien después de todo.

— ¿Ocurre algo malo? —preguntó Hermione con sincera preocupación.

Harry dudo en contarle su aventura en la mente de Dumbledore, porque Ron no estaba presente y por temor a que los escucharan. Pero ahí estaba Hermione dispuesta a ayudar. Tomaron asiento en una de las esquinas y miraron alrededor comprobando que todo estaba vacío. Harry explico con lujo de detalle su experiencia en la clase con Dumbledore.

—Yo creo que es fascinante — dijo Hermione seriamente —. Tiene total sentido conocer lo más posible de Voldemort. ¿De qué otra manera encontrarás sus debilidades?

Como siempre Hermione tenía la razón. Pero no quería seguir hablando de Voldemort.

— ¿Y cómo estuvo la fiesta de Slughorn? —le preguntó Harry cambiando de tema.

—Oh, estuvo bastante divertida —Hermione sonrió no quería abrumar más a su amigo con la situación incómoda que vivió con McLaggen, así que solo mentiría diciendo que era maravillosa —. Quiero decir, él presume un poco de las grandes hazañas, pero nos ofreció comida muy agradable y estuve con McLaggen.

—Nada por lo que muriera ver o escuchar, al parecer te divertiste demasiado.

De pronto Harry se sintió molesto por escuchar ese nombre. Por qué Hermione se divirtió sin sus amigos, sin él. La castaña le contó que Slughorn tendría una fiesta de Navidad, y no había manera de que se salvara, porque de hecho le pidió que verificara las noches libres del azabache, y estar seguro de realizarla en una noche que pudiera asistir.

—Podemos llevar pareja.

—Es patético —. Harry protestó enojado imaginando que ella tenía planes con McLaggen —Bueno, espero que ustedes disfruten de su fiesta, así Slughorn puede hacerlos Rey y Reina Slug.

— ¿Qué te ocurre? Esa clase con Dumbledore te afecto más de lo que creí.

Hermione se había puesto de un rojo brillante, estaba por invitarlo a ser su pareja, pero si comportaba como estúpido entonces no se molestaría en hacerlo.

Harry repentinamente deseó no haber llegado tan lejos, pudo pensar un millón de maneras para disculparse por su mal amor, todavía podía escuchar cada palabra de su conversación, desafortunadamente ella se había marcado hacia su dormitorio.

Harry no estaba seguro cómo se sentirse al respecto, ahora estaba muy avergonzado para buscarla y disculparse, ¿Qué pasaría si McLaggen y Hermione comenzaran a salir? ¿Podría su amistad sobrevivir a eso? ¿Qué pasaría si ella prefería a otro chico sobre él?

Harry se fue a la cama tratando de no pensar en la fiesta de Slughorn. Pero no podía controlar sus pensamientos sobre Hermione. Harry supuso que tendría que esperar para ver qué pasaría bajo la influencia de la cerveza de mantequilla, en la habitación débilmente iluminada de Slughorn, la noche de la fiesta. Apretó la cara contra su almohada.

Entretanto, no obstante, tenía más preocupaciones. Katie Bell estaba en San Mungo, lo que significaba que el prometedor equipo de Gryffindor que Harry había estado entrenando cuidadosamente desde septiembre tenía un Cazador menos. Él trataba de no sustituir a Katie con la esperanza de que ella regresara, pero el partido de apertura contra Slytherin se acercaba, y finalmente tuvo que aceptar que no regresaría a tiempo para jugar.

Días después las cosas no parecieron mejorar entre Hermione y Harry. La castaña se sentía frustrada por el comportamiento de su amigo, él siempre fue obstinado, pero las ultimas semanas se comportaba muy extraño, casi parecía que competía con Ron para ver quien la hacía enojar más. Si no era la fiesta de Slughorn, entonces era el libro del Príncipe Mestizo.

En la clase de Transfiguración, Hermione creyó que Harry se acercaría y le pediría una disculpa, la mayoría de los estudiantes había salido y varios de sus pájaros amarillos cantarines todavía volaban alrededor del salón, nadie más logró conjugar ni una pluma. Lo que parecía levantarse, cayó. Harry solo estaba interesado en que Dean Thomas jugara como Cazador. Dean aceptó emocionado, mientras que Seamus Finnegan se molestó aventando sus libros con violencia dentro de su mochila.

Seamus salió corriendo del salón después de Dean, dejando a Harry y Hermione solos. Un momento incómodo, aún más difícil cuando una suciedad de pájaro cayó en la cabeza de Harry. No fue planeado por Hermione, pero eso mejoro su estado de ánimo, mientras caminaba a su siguiente clase.

Habría muchas murmuraciones en la sala común acerca del hecho que Harry hubiera elegido a dos de sus compañeros de año para el equipo. Pensó Hermione y esto hizo que se sintiera menos molesta con Harry, él había soportado murmuraciones peores en su estadía en la escuela, no lo estaba disculpado por su comportamiento, pero la presión incrementaba. El próximo partido contra Slytherin se acercaba, si Gryffindor ganaba todas las críticas contra él se olvidarían, si perdían... bueno, irónicamente Harry había aguantado peores murmuraciones.

Cuando la práctica de Gryffindor comenzó, Hermione se sentó a lo lejos, cuidando tener buena visibilidad de las jugadas. Una vez que vio a Dean volar esa tarde, supo que Harry no tuvo razones para arrepentirse, él trabajaba bien con Ginny y Demelza. Los bateadores, Peakes y Coote, estaban mejorando todo el tiempo. Hermione no era la fan número uno del Quidditch, pero jamás de perdía un partido o entrenamiento. Harry era sin duda el mejor, volaba son soltura y dirija como si su equipo fuera la selección nacional.

El único problema era Ron, era un jugador inconsistente. Después de no poder detener media docena de goles, la mayoría anotados por Ginny, su técnica se volvió cada vez más salvaje, hasta que finalmente golpeó en la boca a Demelza Robins.

— ¡Fue un accidente, lo siento, Demelza! —Ron le gritó mientras ella bajaba zigzagueando hasta el piso.

—¡Tú estúpido Ron, mira su estado! —dijo Ginny furiosa, aterrizando cerca de Demelza y examinando su labio partido.

Las cosas no se veían muy bien, Hermione corrió hacia donde caían sus compañeros.

—Yo puedo arreglar eso —comentó Hermione a un lado de las dos chicas y apuntó su varita hacia la boca de Demelza. —Y Ginny, no le digas estúpido a Ron.

No quería sonar grosera con Ginny, pero Ron sufría de nervios extremos y desafortunadamente, la perspectiva que surgía del juego de apertura, parecía haber sacado a flote todas sus viejas inseguridades. No quería que sus emociones afectaran al equipo en especial a Harry, él ya tenía demasiadas presiones.

Harry que había aterrizado un par de metros detrás de ellos parecía enojado. Ni él mismo sabia que le molestaba, pero por qué Hermione defendía a Ron.

—Todos al aire, vamos Hermione fuera del campo —soltó Harry con vos grave.

Fue una de las peores prácticas en el periodo. Los Cazadores y Bateadores se fueron hacia los vestidores.

—Jugué como un costal de estiércol de dragón —dijo Ron en una voz hueca.

—No lo hiciste —aseguró Hermione firmemente —. Tú eres un excelente Guardián. Tu único problema son los nervios.

Siguió con un implacable flujo de estímulos todo el camino de regreso al castillo, y cuando llegaron al segundo piso, Ron se veía un poco más animado. 

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora