Capítulo 37

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Entonces Harry escuchó un grito y un sonido de una botella al estrellarse. Se paró en seco, escuchando.

—Cómo te atreves ¡aaargh!

El ruido salía de un corredor cercano, Harry corrió hacia él con su varita lista, y al dar la vuelta a la esquina vio a la Profesora Trelawney despatarrada en el suelo con la cabeza enredada en uno de sus muchos chales, con varias botellas de jerez tiradas a su alrededor y una de ellas rota.

—Profesora.

Harry corrió en su dirección y ayudó a la Profesora Trelawney a ponerse de pie. Algunas de sus brillantes perlas se habían enredado con sus anteojos. Tosió fuertemente, aplacó su cabello y se puso de pie apoyándose en el brazo de Harry.

—¿Qué pasó Profesora?

—Qué preguntas —Dijo excitadamente —estaba yo paseando, meditando acerca de ciertos portentos Oscuros que he encontrado...

Pero Harry no le estaba poniendo mucha atención, acababa de darse cuenta de en dónde estaban parados: ahí a la derecha estaba el tapiz de los troles bailando y a la izquierda, el espacio liso de la pared de piedra que disimulaba.

—Profesora ¿estaba usted tratando de entrar en el cuarto de los menesteres?

De repente pareció cambiada.

—El Cuarto de los Menesteres —repitió Harry —¿Estaba usted tratando de entrar ahí?

—Yo... bueno... yo no sabía que los estudiantes supieran que existe.

—No todos —dijo Harry —pero ¿qué pasó? Usted gritó... sonó como si estuviera lastimada...

—Yo... bueno —dijo la Profesora Trelawney, acomodando sus chales a su alrededor defensivamente y mirándolo con sus agrandados ojos —yo quería... ah... depositar ciertos objetos personales en el cuarto... —y murmuró algo acerca de acusaciones injustas.

—Correcto —dijo Harry mirando las botellas de jerez. —¿Pero no pudo entrar y ocultarlas?

Le pareció muy raro, después de todo el Cuarto se había abierto para él cuando había querido esconder el libro del Príncipe Mestizo.

—Oh, entré sin problemas —dijo la profesora Tralawney mirando a la pared. —¡Pero había alguien dentro!

—¿Alguien dentro? —Preguntó Harry. — ¿Quién estaba ahí?

—No tengo idea —dijo la Profesora Trelawney pareciendo sorprendida de la urgencia de la voz de Harry —entré en el cuarto y escuché una voz algo que nunca había sucedido en todos mis años de esconder... de usar el Cuarto, quiero decir.

—¿Una voz? ¿Qué decía?

—No creo que estuviera diciendo nada —dijo la profesora Trelawney. —Estaba...

Harry se le quedó mirando

—¿Era hombre o mujer?

—Me atrevería a decir que era hombre. —Dijo la Profesora Trelawney

—¿No supo usted quien era sin preguntar? —Le preguntó Harry ligeramente frustrado.

—El Ojo Interior —dijo la profesora Trelawney con dignidad alisando sus chales y muchos hilos de brillantes perlas —estaba fijo en asuntos que se encuentran muy alejados del ámbito de voces.

—Claro —dijo Harry apresuradamente, había oído hablar del Ojo Interior de la Profesora Trelawney con demasiada frecuencia últimamente —¿y le dijo la voz quién estaba ahí?

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora