Capítulo 14

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Cuando llegó a la entrada del salón a las ocho en punto de la noche, encontró a un gran e inusual número de chicas fisgoneando por ahí, todas ellas parecían estar mirándolo fijamente con resentimiento cuando se aproximó a Luna. Ella llevaba un conjunto de túnica con estrellas en color plata que causaba una cierta cantidad de risitas entre las espectadoras, pero, de una manera extraña, se veía bastante bien. En todo caso Harry estaba agradecido, de que ella hubiera dejado sus aretes de rábanos, su collar de corcho de cerveza de mantequilla y sus Espectroanteojos.

—Hola —saludo él —. Entonces, ¿vamos?

—Oh, si —dijo ella felizmente — ¿Dónde es la fiesta?

—En la oficina de Slughorn —respondió Harry, llevándola hacia arriba por las escaleras de mármol, lejos de las miradas y los murmullos. —. ¿escuchaste?, se supone que va a venir un vampiro.

— ¿Rufus Scrimgeour?

— ¿El ministro de magia? Pregunto Harry desconcertado.

—Si, él es un vampiro —dijo Luna como si fuera un hecho —. Mi padre escribió un artículo cuando Scrimgeour sustituyó a Corneluis Fudge, pero alguien del ministerio lo forzó a no publicarlo. ¡Obviamente no quieren que la verdad salga a la luz!

Harry, que pensaba que era muy improbable que Rufus Scrimgeour fuera un vampiro, pero que estaba acostumbrado a que Luna repitiera los bizarros puntos de vista de su padre como si fueran un hecho, estaban muy cerca de la oficina de Slughorn, y el ruido de las risas, música y conversaciones en voz alta, se iban haciendo más fuertes a cada paso que daban.

Haya sido porque lo construyeron así, o porque usaron magia, pero la oficina de Slughorn parecía mucho más grande que una oficina común de maestro. El techo y las paredes habían sido cubiertos con adornos colgantes color esmeralda, carmesí y oro; así que se veía como si estuvieran en una enorme carpa, el lugar estaba repleto y sofocante, bañado en una luz roja que salía de una lampara adornada en oro que colgaba del centro del techo, en el cual auténticas hadas estaban revoloteando, cada una brillaba como una partícula de luz. Un fuerte canto acompañado de un sonido como de mandolinas venía de una esquina lejana. Una bruma de humo de pipa estaba suspendida sobre varios ancianos brujos metidos en la conversación, y un buen número de elfos domésticos a chillidos trataban de abrirse paso por entre una selva de rodillas, ocultos por los pesados platones de plata que sostenían con comida, de modo que parecían como pequeñas mesas ambulantes.

— ¡Harry, mi muchacho! —Retumbó la voz de Slughorn, al momento que Harry y Luna eran apretujados al pasar la puerta.

—Pasen, pasen, ¡Hay mucha gente que quiero que conozcas!

Slughorn estaba usando un sombrero con borla de terciopelo que combinaba con su chaqueta. Apretó tan fuertemente el brazo de Harry, que a él le hubiera gustado desaparecerse, Slughorn lo llevó decididamente dentro de la fiesta.

—Harry, quiero que conozcas a Eldred Worple, un viejo alumno mío, autor de "Hermanos de sangre. Mi vida entre vampiros"; y, por supuesto, su amigo Sanguini.

Worple, quien era un hombre con gafas, pequeño y corpulento, agarró la mano de Harry y la apretó muy entusiasmado; el vampiro Sanguini, quien era alto y demacrado, con oscuras sombras debajo de los ojos, apenas inclinó la cabeza. Se veía algo aburrido. Un grupo de chicas que se encontraban cerca de él lo miraban con curiosidad y emoción.

—Harry Potter, estoy realmente encantado —dijo Worple mirándolo muy de cerca —le estaba diciendo al profesor Slughorn el otro día ¿Dónde está la biografía de Harry Potter que todos hemos estado esperando?

—Esto... ¿De veras?

Luna soltó la mano de Harry y se deslizo junto a él para admirar los atuendos de los invitados.

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora