Harry podía sentir como la Felix Felicis se desvanecía mientras volvía lentamente hacia el castillo. La puerta delantera había permanecido abierta para él, pero en la tercera planta se encontró con Peeves y evitó por los pelos un castigo desviándose por uno de sus atajos. Para cuando llegó al retrato de la Dama Gorda, no se sorprendió de encontrarla en un estado de humor poco servicial.
—¿Cómo llamarías tú a estas horas?
—Lo siento mucho... tuve que salir para tratar un asunto importante...
—Bueno, la contraseña cambió a medianoche, así que tendrás que dormir en el pasillo.
—¡Bromeas!
—Pues así es. Si estás enfadado ve y desahógate con el director, es él quien ha estrechado la seguridad.
—Fantástico. Genial. Si, iría a desahogarme con Dumbledore si estuviera aquí ...
—Está aquí —dijo una voz detrás de Harry. – El Profesor Dumbledore volvió al colegio hace una hora.
Nick Casi Decapitado estaba flotando hacia Harry, con su cabeza balanceándose como siempre sobre su cuello.
—Me enteré por el Barón Sanguinario, que lo vio venir.
—¿Dónde está? —dijo Harry con un vuelco en el corazón.
—Oh... en su oficina. – Creo, por lo que dijo el Barón, que tenía asuntos que atender antes de volver...
—Sí, los tiene —dijo Harry, sintiendo la excitación arder en su pecho ante la perspectiva de contarle a Dumbledore que había asegurado la memoria. Se dio media vuelta y se marchó de prisa de nuevo, ignorando a la Dama Gorda que lo llamaba.
—¡Vuelve! De acuerdo ¡mentí! ¡Estaba molesta porque me despertaste!
Pero Harry ya estaba precipitándose de nuevo volviendo por el pasillo y en cuestión de minutos estaba diciéndole 'palo de crema de caramelo' a la gárgola de Dumbledore la cual saltó a un lado permitiendo a Harry la entrada a la escalera de caracol.
—Pasa —dijo Dumbledore cuando Harry llamó.
Sonaba exhausto.
Harry abrió la puerta. Ahí estaba el despacho de Dumbledore, igual que siempre, pero con un cielo plagado de estrellas de fondo.
—Dios mío, Harry - dijo Dumbledore sorprendido. – ¿A qué debo este placer tan tardío?
—Señor... la tengo. Tengo la memoria de Slughorn.
Harry sacó la pequeña botella de cristal y se la mostró a Dumbledore. Por un momento o dos, el director pareció sorprendido. Entonces su cara se iluminó con una sonrisa.
—¡Harry, esas son noticias espectaculares!¡Sabía que podrías hacerlo!
Tomó la botella con la memoria de Slughorn y se dirigió hacia el armario donde guardaba el Pensadero.
— Y ahora —dijo Dumbledore colocando el cuenco de piedra sobre el escritorio y vaciando el contenido de la botella dentro —por fin veremos.
Harry se inclinó sobre el Pensadero y sintió sus pies abandonar el suelo del despacho... una vez más cayó a través de la oscuridad y aterrizó en el despacho de Horace Slughorn muchos años atrás.
Ahí estaba Horace Slughorn mucho más joven, con su pelo espeso, brillante y de color paja y su bigote rubicundo, sentado de nuevo en el cómodo sillón de su despacho, sus pies descansando sobre un reposapiés de terciopelo, un pequeño vaso de vino en una mano, la otra registrando una caja de piña cristalizada. Y había media docena de adolescentes sentados alrededor de Slughorn con Tom Ryddle en medio de ellos, el anillo de Sorvolo, dorado y negro brillando en su dedo.
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Elegido con el corazón.
FanfictionSexto año en Hogwarts. Pareja principal Harry y Hermione. Enredos, celos y amor.