Epílogo.

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Alrededor del salón de baile había decenas de personas, todos reunidos para celebrar el primer aniversario de la derrota de Voldemort y Hermione se estremeció cuando vio el mar de cabello rojo entrando y saludando al Ministro de Magia, Kingsley Shacklebolt. Localizó a Harry hablando con Luna y Neville junto con algunos otros de sus compañeros recién graduados, colocó su vaso ahora vacío en una bandeja flotante cercana y fue a advertirle del grupo entrante.

—Harry. —Dijo mientras colocaba su mano en su brazo.

Cuando el héroe de cabello negro y recién graduado de Hogwarts miró en su dirección, se inclinó para susurrar.

—Weasley.

Gimiendo respondió.

—Ginny dijo que no estarían aquí esta noche.

—Parece que se equivocó —dijo Hermione con una mueca. —¿Dónde está ella, de todos modos?

—La última vez que la vi, estaba arrastrando a Malfoy a los jardines. —Dijo mirando lo más discretamente posible hacia donde se sentaría la familia Weasley, al otro lado de la habitación. —Bill y Fleur no se ven muy felices.

—Estoy bastante segura de eso. Fleur me dijo que ha estado evitando la Madriguera y que Bill solo se ha ido cuando no tiene otra opción. Lo que me parece divertido es que arrastraron a Charlie y Percy de regreso —dijo Hermione con una risa ahogada.

—Percy regresó a su puesto diplomático porque es un funcionario del ministerio. Al menos eso es lo que espero. —Dijo Harry mientras movía a Hermione fuera de la vista directa del ahora que miraba alrededor de los señores Weasley. —Vaya, demasiado tarde, nos vieron.

—¿Crees que podría salirme con la mía aturdiéndolos antes de que logren hablar? —Preguntó Hermione con tono esperanzado. —O mejor aún, puedes, después de todo, tus reflejos son más rápidos.

—Aguanta, Hermione, no es tan malo.

—Tú no fuiste la que se vio obligada a pasar medio año escuchando a Molly hablar y hablar sobre lo grandioso que sería si Ron y yo nos casáramos. Cómo constantemente enumeraba las virtudes menos que aceptables de Ron. —Ella susurró.

Cuando escuchó a Molly gritar sus nombres, se volvió y puso una sonrisa educada en su rostro.

—Mamá déjalos respirar por un minuto —Ron salió en su defensa, sin querer llamar la atención sobre ellos —ellos van constantemente a la Madriguera, puedes abrazarlos después.

Molly desistió y continuo su camino junto a Arthur y sus otros hijos.

—Hola Ron —dijo Harry con tanta cautela como pudo.

—Hola Harry —saludó él pelirrojo, después de una rápida y enojada mirada a Hermione dijo —No creerás que te escaparas de la cena con mis padres, puede que estés con Harry, pero lo prometiste y no quiero pasar dos horas con mi madre diciéndome que debo casarme cuando aún no quiero.

Ron cruzó los brazos enarcando una ceja y Hermione le lanzó una risita nerviosa.

—¿Cómo estás, amigo? Todavía trabajas para George. —Harry trató de desviar la atención de su amigo.

—Bien —respondió Ron, pero no dejo de mirar a Hermione con ojos entrecerrados.

Hermione se dio por vencida, pero no iría a otra cena con los Weasley, no solo se trataba de Ron sino de Ginny. Si Molly la miraba de nuevo y le preguntaba de su hija, seguramente hablaría de la relación que tenía con Draco Malfoy. Ginny la mataría si su familia se enteraba que estaba saliendo con él.

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora