Capítulo 33

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       Me cuesta abrir los ojos, sé que necesito despertar pero estoy tan cómoda aquí en la oscuridad que no tengo ganas de moverme...

    Pero de repente comienzo a ver unos preciosos ojos celestes que se iluminan de entre las sombras que miran directo a los míos y mientras se va aclarando la imagen terminé viendo la cara de Eros, me quiero acercar pero parece alejarse a medida que me estiro para alcanzarlo. Se aleja cada vez más, quiero llamarlo pero no me sale la voz, la oscuridad parece sujetarme y rodearme para luego arrastrarme hacia la profundidad.

    No... no quiero alejarme de él, no quiero que vuelvan a separarme de él así que lucho, lucho con todas mis fuerzas, pataleo y me muevo sin parar hasta que consigo zafarme entonces corro hacia él pero ya no está...

 no quiero alejarme de él, no quiero que vuelvan a separarme de él así que lucho, lucho con todas mis fuerzas, pataleo y me muevo sin parar hasta que consigo zafarme entonces corro hacia él pero ya no está

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    Una intensa luz me ciega cuando abro mis ojos, no puedo ver nada, solo veo esa brillante luz que me hace arrugar la cara y volver a cerrar los ojos.

    -Tranquila cariño, ya apagué la luz...- la voz de papá me hace volver a abrirlos.

    Girando mi cabeza a la izquierda, lo encuentro parado al lado de una cama de hospital, y es entonces cuando reaccioné y recordé todo lo que pasó...

    -Eros... ¿Dónde está Eros? Llámalo que quiero verlo.- le digo a papá y no me responde, o no lo hace lo suficientemente rápido como pretendía. -Por favor papá dile que entre que necesito estar con él...- vuelvo a insistir con lágrimas en los ojos.

    -Lo siento cariño, pero Eros ya no trabaja para nosotros y tuvo que volver a su país.- dice casi como lamentando tener que decirme eso.

    -Eso no es cierto papá, no me mientas. Él sería incapaz de irse y mucho menos sin despedirse de mí...- le digo sin creer en sus palabras.

    "Eros no haría una cosa como esa, él no sería capaz de dejarme de esta manera. Esto no puede ser real, tengo que ir a buscarlo yo misma si mi padre no quiere ir por él."

    -¡Si no quieres llamarlo iré a buscarlo yo!- digo e intento levantarme, pero un terrible y punzante dolor en mi abdomen me hace gritar de dolor.

    Mi padre comienza a llamar a las enfermeras, pero yo no quiero que vengan ellas, yo quiero a Eros, quiero a mi gorila, mi maldito freezer...

    -¡Quiero a Mi Guardaespaldas!- grito mientras intento moverme pero las enfermeras están por todos lados sosteniéndome de pies y manos. Hasta que siento un pinchazo en el brazo y la oscuridad vuelve a tomarme en sus brazos y arrastrarme hacia pesadillas en donde me persiguen, me acosan, me golpean, me traicionan, me violan, me disparan y luego me abandonan a mi suerte en un desierto de hielo, sin protección, sin abrigo, sin nada... sin nadie... sola...


    "Prométeme que seguirás siendo fuerte, yo te prometo que esto no es un adiós..."

Mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora