Capítulo 53

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   Eros

    Solo bastó volver a probar el dulce néctar de su excitación para que la bestia dentro de mí se apodere completamente de mi cuerpo y la comience a devorar literalmente, mordiendo y lamiendo sus labios, su cuello y a desvestirla sin importarme que estemos al aire libre o que en cualquier momento pueda entrar alguien y descubrirnos.

    -Por favor Eros necesito tocarte.- me suplicó, y solo la desaté y quité sus guantes porque de lo contrario no podría sacarle el top deportivo que lleva volviéndome loco desde que la vi llegar.

    Al ver cómo se desenvolvía con movimientos certeros golpeando el saco me entraron unos celos irracionales de solo imaginarla junto a cualquier otro tipo enseñándole a moverse de esa manera. Esta mujer saca mi lado más posesivo sin siquiera esforzarse en hacerlo, no quiero que nadie la toque, que nadie la mire, la quiero solo para mi y estoy seguro que ese no es un pensamiento sano para mi salud ni la de ella pero no lo puedo controlar. Necesito saber que es mía...

    -Dime que me deseas solo a mí Kath, solo dímelo que ya no puedo soportarlo más.- Le rogué separándome de sus labios mientras la recuesto en la colchoneta para lentamente ir bajando sus pantalones y bragas al mismo tiempo.

    -Te deseo Eros, nunca desee tanto a alguien como a ti.- dice y era lo que necesitaba oír.

    Terminé de deshacerme de su ropa y calzado para ver que quedó desnuda en toda su gloria solo para mi.

    -Eres la mujer más bella que existe en todo el jodido planeta Kath, eres una verdadera diosa digna de mi completa admiración.- le digo y comienzo a besar sus piernas subiendo lentamente hasta sus muslos y luego mirando directamente a sus ojos para sumergirme por completo en su sexo saboreando cada rincón como si se tratara de la fruta más exótica del mundo.

    De repente siento como me toma por el cabello y me jala hacia arriba para ser ella quien atacó mi boca acariciando con su lengua cada rincón saboreándonos al mismo tiempo. Es tan jodidamente sensual y excitante que la mujer disfrute tanto de su propio sabor como lo disfruta un hombre que hace que sea doloroso desearla más de lo que lo hago.

    Siento que envuelve sus piernas en mi cintura para apretarme contra su coño y al sentir lo duro que me tiene, gime en mi boca sabiendo que me vuelve loco que lo haga. Mi piel y toda la sangre que corre por mis venas arde quemándome desde el interior y como si fuera plenamente consciente de eso, comienza a desnudarme ella a mí. Primero se deshace de la apretada remera que me estaba asfixiando, luego me hace girar sobre mi espalda y con un poco de ayuda termina de quitarme mis pantalones de entrenamiento para terminar completamente desnudos los dos.

    Sin perder el tiempo y como si llevara siglos deseándolo, toma mi polla en sus manos sin despegar sus preciosos ojos de los míos, me lame desde la base hasta la punta para pasar suavemente su lengua y cerrando los labios en torno a la cabeza de mi polla, chupa con fuerza haciéndome gemir de puro placer sin siquiera poder reprimirlo.

    -¡Joder!- es todo lo que puedo decir antes de ver como intenta meterse toda mi polla en la boca hasta que la siento topar con el fondo de su garganta haciéndome ver las estrellas en el cielo claro que nos rodea.

    No puedo dejar que se entretenga demasiado porque me va a hacer venir si lo vuelve a hacer, así que intenté levantarme pero ella no me deja.

    Poniendo su mano en mi pecho, me vuelve a recostar.

    -Relájese profesor, que esta vez seré yo la que baje su estrés.- dice para volver a besarme suavemente y comenzar a bajar por mi cuello, mi pecho y mis abdominales sin dejar sus condenadas manos quietas. Las siento por todo mi cuerpo y me está volviendo loco.

Mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora