Capitulo 38

42.7K 2.5K 382
                                    

Katherine

    No podía aguantar ni un segundo más en la misma habitación que él, el aire no alcanzaba a llenar mis pulmones y estaba a punto de comenzar a sudar y temblar como una hoja cuando sentí su cuerpo cerca.

    Se que fue él quien me sostuvo cuando me desmayé porque puedo oler su perfume en mi cuerpo, solo imaginarme en sus brazos hace que mi corazón lata un poco más fuerte y eso me enfurece.

    Apoyada contra la puerta, me voy deslizando hasta quedar sentada en el suelo abrazando mis rodillas. No puedo creer mi mala suerte, tener que pasar por todo esto de nuevo, de tener que enfrentarme al hombre que destruyó mi cuerpo de todas las formas posibles y al que hizo lo mismo con mi corazón, ambos dos fueron crueles y me destrozaron en cuerpo y alma sin piedad alguna.

    Sabía que en algún momento tendría que enfrentarme al pasado pero no creí que fuera en este momento, se que les tengo que demostrar que sus golpes me hicieron más fuerte y yo no tendré piedad como ellos no la tuvieron conmigo.

    El llamado de Nana a mi puerta me saca de mis pensamientos.

    -Mi niña... ¿Estás bien?- pregunta preocupada.

    -Si, me baño y salgo a cenar.- grité desde el baño para que creyera que estaba a punto de ducharme.

    Cuando salgo de mi habitación con mi pijama puesto, el aroma de la cocina me abre el apetito y caigo en cuenta de que posiblemente el desmayo sea por pasar tanto tiempo sin comer, durante el almuerzo con mis amigos lo que menos hice fue comer y después durante el resto de la tarde no ingerí nada más que un té así que es lógico que tras pasar por un día tan estresante mi cuerpo haga cortocircuito cuando vi a esos hombres aparecer buscándome.

    Tras cenar me dirijo a mi habitación a intentar descansar, no sin antes tomarme la pastilla para dormir que me recetó mi terapeuta para ocasiones en las que esté muy alterada o pase por momentos difíciles como el de hoy.

    En sólo 5 minutos ya caigo rendida en los brazos de Morfeo o de algún dios griego, no lo sé muy bien...


    Sumida en un profundo sueño de repente me pongo alerta cuando siento que la cama se hunde a un lado de mi cuerpo. Me muevo por puro instinto cuando doy un salto de la cama y me paro frente a la sombra sentada en mi cama apuntando mi navaja a su garganta.

    De repente se enciende la luz y un grito de terror escapa de los labios de Lisa al ver que estuve a punto de cortarle la garganta.

    -¡Katherine, reacciona! Es Lisa quien está frente a ti hija.- dice nana corriendo a tomarme del brazo para alejar la hoja de su cuello.

    Sé que es Lis y que no debo hacerle daño, pero no puedo terminar de reaccionar para alejar mi cuchilla hasta que es nana la que me sujeta y me lleva al baño a lavarme la cara para terminar de despertar.

    -Nunca debes tocarla antes de que abra sus ojos. Pasó la mayor parte de su secuestro desmayada a golpes y por eso reacciona violentamente cada vez que cree que está de nuevo en ese infierno.- escuché que le explicaba nana y un gemido de angustia se escapa de mi amiga al conocer esa información. No les conté nada de lo que pasó ese día, ni a ellos ni a nadie que no fuera mi terapeuta y Nana.

    -Kathy, lo siento mucho. No tenía idea...- la interrumpo levantando la mano para que no continúe.

    -Yo lo siento si te asusté Lis, pero no quiero hablar del tema ahora. Mejor hablemos de cómo voy a hacer de la vida de mi guardaespaldas un infierno a partir de este momento.- le digo con una sonrisa pícara y ella responde con el mismo gesto...

Mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora