Capítulo 60

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   Eros

    Despierto sobresaltado al escuchar un ruido afuera de la casa e inmediatamente me pongo alerta y salgo de la cama con cuidado de no despertar a Kath que dormía plácidamente sobre mi pecho.

    "¡Dios! odio terriblemente no poder disfrutar un amanecer con mi preciosa morocha de ojos verdes en mi cama y aferrada a mi cuerpo. De solo pensar en la noche que pasamos, joder, mi polla comienza a latir recordando como los fuertes orgasmos de Kath hacían que sus paredes internas apretaran mi polla completa queriendo exprimir hasta la última gota de mi orgasmo en su interior. Maldita sea, de solo recordarlo ya quiero volver a estar en su interior."

    Un nuevo ruido me saca de mis pensamientos y ahora es mi móvil el que suena desde la cocina.

    Salí inmediatamente pues una llamada a estas horas solo puede significar una cosa.... Problemas.

    -Taylor.- digo al contestar ya que el identificador de llamadas me anunció que era él.

    -Joder Cook, estoy parado en la puerta. ¿No recibiste mis mensajes?- dice preocupado mientras corrí a la puerta a abrir pero no puedo encontrar las malditas llaves.

    -Deje el móvil en el sofá anoche. ¿Qué pasó? ¡JODER, no encuentro las malditas llaves!- gruñí comenzando a desesperarme.

    -Anoche atentaron contra una pareja que salía del hotel Lord Byron, mataron a la mujer e hirieron a su acompañante. ¡Maldita sea Eros o abres la puerta en este instante o la tiro abajo! El acompañante masculino era Aslan Bolat.- grita del otro lado de la puerta y la sangre se drena de mi rostro por un segundo antes de que se active mi instinto protector y corra a la habitación sintiendo como Taylor rompe la puerta de una patada y entra.

    -Kath... Cielo...- susurro cerca de su rostro lo más sereno que mis pulmones me lo permiten, ya que mi corazón está tan acelerado por la adrenalina que corre por mis venas que quisiera levantarla así desnuda como está y sacarla de la casa en brazos sin siquiera detenerme a darle explicaciones. Pero sé que hacer eso solo la asustaría más o saldría a relucir su rebeldía. -Preciosa despierta...- vuelvo a susurrar antes de dejar dulces besos en sus párpados y a lo largo de su precioso rostro.

    -Mmm... que rico...- gimió y la maldije por dentro porque incluso dormida hace que mi polla se agite en respuesta.

    -Katherine, cariño... Necesito que despiertes...- digo suave pero con solo usar su nombre y esas palabras, abre completamente los ojos y se sienta en la cama tan rápido que si no me hubiera movido a tiempo me hubiera dado un cabezazo.

    -¿Qué pasó?- dice alerta.

    -Tranquila, todo está bien. Pero necesitamos salir de aquí cuanto antes.- digo y me preparo para la serie de interrogatorios a la que me va a someter antes de obedecer...

    Pero me sorprende al pegar un brinco de la cama y comenzar a vestirse con lo primero que encuentra y recoger lo que más puede de sus pertenencias que rondan la habitación.

   4 minutos, solo nos tomó 4 minutos salir de la casa gracias a que Kath tenía todo completamente controlado. En la habitación solo tomó la ropa que nos quitamos la noche anterior y la metió en una bolsa negra que luego arrojó por la ventanilla del coche hacia un contenedor de basura a unas cuantas calles de mi casa, su maleta estaba perfectamente armada como si recién hubiera llegado, antes de abandonar la casa sacó de la nevera un recipiente que metió en su bolso y partimos hacia el aeropuerto.

    Taylor ya se había encargado de llamar al piloto antes de hablar conmigo, por lo que nos estaban esperando para partir de inmediato.

    El silencio se instaló en los tres desde que salimos de la casa, y ahora que estamos ya en el aire, con la altura segura para desabrochar nuestros cinturones, me giré para hablar con Kath y explicarle lo que pasó pero no me dio tiempo. Se levanta y se dirige al baño a asearse tomando de su equipaje un pequeño kit con lo esencial para lavarse la cara y cepillar los dientes logrando sorprendernos cuando saca uno para mi y otro para Taylor.

Mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora