Capítulo 68

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  Katherine

    Tuve que reprimir un gemido de sorpresa cuando escuché una serie de disparos cerca de mi ubicación para no delatar mi posición y luego el silencio....

    Un eterno silencio que no sé si fueron minutos u horas, solo sé que en este momento alguien se acerca al armario de Eros y puedo sentir claramente como mi pulso se acelera al escuchar que ingresan la clave en el panel oculto haciendo que se desbloquee la puerta de la habitación de seguridad. La emoción invade mis sentidos y mi corazón se acelera sabiendo que solo puede ser la única persona que sabía que estoy aquí y que espero venga a buscarme donde me dejó.

    Pero mi mundo se detiene completamente y la sangre se drena de mi rostro cuando a quien veo al abrirse la puerta es nada más y nada menos que Taylor.

    -No...- sollocé casi sin voz al ver que no es él mientras la lagrimas inundan mis ojos y se derraman a mares por mis mejillas.

    -Tranquila Katherine, todo estará bien, ven conmigo.- Dice calmado pero yo me niego a salir de aquí si no es en los brazos de Eros.

    -¡NO! No me toques, no quiero ir contigo, quiero a Eros. Solo él puede sacarme de aquí.- le grito desesperada pegándole en sus manos cuando intenta agarrarme, pero es más fuerte que yo y cargándome en su hombro me saca a la fuerza de mi escondite.

    -Cierra tus ojos y no mires.- es lo único que dice antes de terminar de salir del vestidor pero yo no le hago caso ni dejo de luchar golpeando su espalda con mis puños hasta que al levantar la cabeza veo un cuerpo sin vida en la habitación, con un agujero en la parte trasera de su cabeza mientras lo rodea un mar de sangre manchando hasta las paredes a su alrededor.

    -Voy a vomitar.- logré susurrar para que me baje de su hombro pero pareció no importarle mucho.

    -No me importa, hazlo.- dijo y fue lo último que escuché antes de que todo comience a darme vueltas y las náuseas provoquen que vomite lo poco que pueda llegar a contener mi pobre estómago y comience a perder la conciencia cuando el ataque de pánico me invade por completo.


    Abro lentamente mis ojos y me encuentro otra vez en la camilla de un jodido hospital, no puedo evitar el inminente ataque pánico que como si fuera un deja-vú trae a mi memoria recuerdos que me rompen el corazón en mil pedazos... otra vez.

    "No, me niego a creer que la historia se vuelva a repetir. No lo dejaremos escapar esta vez" me dice mi conciencia furiosa entonces me levanto de la cama y salgo de la habitación encontrándome con Taylor haciendo guardia afuera.

    No digo ni una sola palabra, pero el terror que reflejan mis ojos, le dan a entender lo que pasa por mi mente y en respuesta desvía su mirada hacia el final del pasillo donde está la enfermería.

    Entonces sin pensarlo dos veces y aferrándome a la posibilidad de que siga con vida, corro la distancia que me separa y abro la puerta de par en par sin siquiera tocar para que el alma finalmente me vuelva al cuerpo cuando la imagen que reflejan mis ojos me hace saltar las lágrimas nuevamente.

    Pero estas lágrimas no son de tristeza sino de alivio y felicidad al ver al amor de mi vida aún con vida. Si, con un vendaje y una enfermera que lo está curando, pero está aquí y mis ojos no pueden mirar a nada más que no sean los suyos.

    -Señorita, no puede estar aquí.- la voz de la enfermera me sacó del trance.

    -Tranquila, es mi mujer.- dice Eros y ya no puedo reprimir el sollozo que escapa de mis labios al escuchar su voz diciendo esas palabras.

Mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora