Capítulo 32.

4.3K 205 22
                                    

Narra Joaquín.

Regresar a casa y encontrarme a Paula riendo con Macky, Quino y Mía no era lo que realmente me esperaba. Los tres se encontraban sentados en el piso del living, con la mesa llena de los bocetos que mi novia había hecho en toda nuestra gira mundial. Todos parecían enfrascados en comentar uno en particular hasta que Mía levantó la vista y me sonrió ampliamente.

—Creo que llegó el dueño de casa y notó nuestra invasión. —Macky y Quino se voltearon hacia mi algo extrañado.

—¿Qué hora es? —Preguntaron ambos amigos al unísono.

—Son como las cuatro de la tarde —Me encogí de hombros mientras tiraba la mochila al rincón— ¿Por qué lo preguntan?

—Porque hace como dos horas debía ir a almorzar con mi novio —Macky se levantó apurada—. No entiendo como es que todavía no llamó o mando mensaje o incluso no me rastreo.

—Porque dejamos los celulares en el auto —Quino se levantó para acompañar a su amiga—. Ven, vamos así te llevo y le explico todo a Tom para que no te grite. Jane seguramente sabe que me olvide el celular en algún lado.

—Porque esa es una costumbre tuya —Macky se puso de pie y tomó todos los bocetos—. Llevaremos esto al local y lo guardaremos junto a los otros —Paula sonrió y asintió antes de ponerse de pie—, es hora de que le haga frente a mi novio enojón.

—Adiós, chicos —Paula se turnó para darle un abrazo a cada uno—. Gracias por venir y trabajar aquí, prometo que mañana iré al local.

—Eso espero, haragana —Quino le guiñó un ojo—. Deberíamos pensar en tener a esta mujer trabajando con nosotros, es buena organizando.

—Gracias por la oferta —Mía tenía una sonrisa radiante en su rostro, sus ojos brillaban más—, pero no creo poder aceptarla por ahora.

—Ella está embarazada, Quino, no creo que su marido quiera que trabaje mientras lleva a su bebé —Paula puso los ojos en blanco—. Mi hermano suele ponerse muy sobre-protector cuando de su mujer e hijos se trata.

—Aún recuerdo la mirada que me dio cuando saludé a Mía para el momento en que hacíamos su vestido —Quino rió—. Creo que mejor dejamos que pase y luego lo piensas.

—La tendré en cuenta, no te preocupes —Los hoyuelos de Mía se marcaron, haciendo que luciera como Mara cuando estaba muy feliz—. Aunque si estás dispuesto a soportar a una mujer un poco hormonal puede que pase de vez en cuando por la tienda para ayudar.

—Ya soporto a Macky y ella no está embarazada —Quino se encogió de hombros mientras recibía un golpe de la pequeña socia de mi novia—. Voy a poder contigo, cariño.

—Trabajaremos con lo del apodo. —Mía puso los ojos en blanco y tomó su celular de la mesa.

—No querrás que mi cuñado te arranque la cabeza —Dije mientras guardaba las manos en los bolsillos—. En serio es bastante cabrón cuando hay algo que no le gusta.

Macky me abrazó y Quino me dio un apretón de manos para despedirse, mientras todos intentábamos recuperar la postura luego del ataque de risa que generaron mis palabras. Cuando ambos se fueron, Paula me rodeó con sus brazos por la cintura antes de apoyar su cabeza en mi pecho. Era increíble como encajábamos, ella no era muy alta por lo que su cabeza encajaba en el hueco de mi hombros.

Amaba tenerla entre mis brazos cada vez que podía, era la forma de confirmarme una y otra vez que ella era mía. Pero algo había cambiado desde que puse ese anillo en su dedo. Saber que ella había aceptado pasar toda su vida a mi lado hacía cosas con mi corazón que nunca entendería. Era el hombre más afortunado de la faz de la tierra y no había manera de mejorar eso.

Una vida contigo. [EDMMA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora