Narra Paula.
—¡Buenos días! —Grité mientras entraba en la librería con Mara en mis brazos.
—¡Uenos íaaaaaas! —Mi sobrina me hizo el coro— ¿Y el buelito ason? ¿Onde ta?
—Pero miren quien llego —Jason apareció de la parte de atrás del negocio—, la pequeña Mara está aquí. ¿No le darás un abrazo a tu buelito?
—¡Abazo! ¡Abazo! ¡Abazo! —Mara se revolvió en mis brazos solo para ir a saludar a su abuelito— ¡Quero un abazo!
—Ve a darle un abrazo a tu abuelito —Una vez en el piso, Mara corrió a los brazos de Jason que la esperaba sonriente—. Algún tienes que dejar de consentirla, Jason. Todavía no entiendo por qué comenzó a llamarte abuelo esta niña.
—Esta pequeñita se ganó mi corazón desde el instante en que pisó la tienda —Los ojos de Jason brillaban de felicidad—. Me hace acordar a mis nietas, que están más grandes y extraño a una pequeñita a quien abrazar.
—Tienes un corazón de oro Jason —Pasé por su lado y le di un beso en la mejilla—. Iré a dejar mis cosas en el depósito y me pondré a trabajar.
—Esta pequeña y yo iremos al sector de cuentos y buscaremos algo lindo para leer —Mara tuvo una sonrisa gigante en su rostro— ¿Qué te parece pequeña?
—¡Siiiiiiiii! —Mara aplaudió— ¡Cuento! ¡Cuento!
Ambos se perdieron entre medio de todas las estanterías. Amaba la librería, el olor a libro nuevo y todas las historias que podías encontrar. Era fácil perderse en el lugar para poder disfrutar de todas y cada una de las posibilidades que te brindaba. Jason se encargaba que contara con todo lo que las personas buscaran, que siempre haya variedad y permitiera poder elegir según el gusto de cada cliente.
Con los años, y un novio adicto a un buen libro, comencé a encontrarle el amor por la lectura. Había aprendido que había historias podían parecer geniales y terminar siendo aburridas y otras que aparentaban ser tranquilas pero que podían llegar a ser explosivas. Era muy lindo poder explorar nuevos horizontes y sumergirse en lo que distintos autores tenían para brindar.
Dejé mi bolso en el depósito donde noté que había un par de cajas nuevas. Había algunas que teníamos que reponer en el local y otra que debían quedar guardadas. Acomodé las cajas que no había que distribuir y abrí las que había que llevar adelante. Muchos padres traían a sus hijos para que pudieran leer mientras ellos buscaban lo que iban a llevar.
Con una gran cantidad de libros en los brazos, salí a realizar mi trabajo. Sonreí al ver a Mara sentada escuchando atentamente como Jason le leía un cuento. Mi sobrina se entretenía fácilmente en la librería. Le encantaba que le contaran historias y Jason no tenía problemas en entretenerse con los niños.
—Disculpe —Una señora me toco el hombro—. Necesitaría que me ayude con un libro.
—Claro —Sonreí. Observé a la señora que no venía sola, un pequeño niño estaba escondido detrás de la pierna de su mamá—. ¿Le importaría que hable con él?
—Claro que no, me gustaría que investigara un poco en el lugar para ver si encuentra algo que le guste —Una sonrisa nostálgica apareció en el rostro de la mujer—. Me gustaría que comenzara a leer.
Asentí en aprobación a su madre. Era lindo ver que los padres fomentaran la lectura de chicos pequeños, era fácil dejarse llevar por historias fantásticas a esa edad, pero los padres debían acompañarlos a la hora de leer y disfrutar de esos momentos. Me puse de rodillas dejando los libros sobre uno de los estantes antes de hablar con el pequeño.
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Una vida contigo. [EDMMA #3]
RomanceDecisiones que tomar. Alegrías que compartir. Peleas que enfrentar. Reconciliaciones que atravesar. Tristezas que superar. La vida transcurre y solo queda vivirla. Si te enamoraste de esta gran historia de amor, no podes perderte este vistazo a la v...