Capítulo 25.

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Narra Joaquín.

Las cosas con Paula se habían solucionando, hacía una semana de su cumpleaños, del que todo se había arreglado, y estábamos comenzando a buscar los muebles y todo lo necesario para la casa nueva. Ella estaba más radiante que nunca, con una sonrisa amplia, más demostrativa de lo que era. Cada vez que tenía la posibilidad, me robaba un beso, una caricia, cualquier cosa que me hiciera sentir más amado.

Ambos estábamos sumergidos en los estudios, ella también tenía el trabajo y Karen nos había insistido en que organizáramos una reunión porque Scott quería hablar con nosotros para otra gira. Por lo que mi entrenadora me había contado, esta sería un poco más larga, abarcando todo el verano, serían algo así como seis meses, en varios sitios.

—La verdad, me pareció una estupenda idea hacer esa especie de tour, yo los acompañaré —Me dijo Karen cuando me comentó lo que había surgido del llamado de Scott—. Será bastante tiempo, pero se que lo disfrutarán.

—Tendremos que hablarlo entre todos. —Había argumentado no muy seguro de aceptar.

Mi enojo con Paula no había crecido, cuando me había acusado de hacer que no hice, porque sabía que los celos hacen estragos en las personas. Yo mismo no podía soportar a Scott estando cerca de ella porque me daban ganas de arrancarle la cabeza. No lo quería cerca por nada en el mundo, él no podía tener contacto con mi novia porque las cosas terminarían mal.

Y ahí estaba el neandertal en que me convertía cuando Paula recibía más atención de otro hombre que no era yo.

Una muy sonriente Paula había entrado por la puerta del departamento, sacándome de cualquier lugar a donde mis pensamientos se había dirigido. Ella estaba radiante, como cada vez que una novia quedaba conforme con su trabajo. Paula no espero a que me levantara a saludarla, simplemente vino hacia donde yo me encontraba sentada en el sillón y se sentó en mi regazo antes de darme un largo y dulce beso.

—Alguien está de buen humor —Dije sonriendo mientras pasaba la punta de mi nariz por la piel sensible de su cuello—. Cuéntame.

—Pues, el profesor de la materia que me falta aprobar para recibirme me dijo que estaba próxima a recibir mi título, el vestido estilo princesa que hice en Londres fue todo un éxito para la novia que lo eligió y tenemos varias citas para la próxima semana —Suspiró con una sonrisa de satisfacción—. Pero lo más importante, conseguí que Quino y Macky no me necesitaran mañana para que podamos mudarnos.

Eso me hizo sonreír a mi también. Llevábamos varios días viviendo entre cajas que veníamos empacando hace rato, mientras comprábamos todo para amueblar la nueva casa, por lo que no sabíamos en donde estaba cada cosa. La cocina era un desastre, porque ya habíamos llevado gran parte de esas cosas. Habíamos estado viviendo a delivery por unos cuantos días. 

—Hablé con Julián y dijo que vendría a ayudarte con todo lo que es cargar el camión o supervisar a los de la mudanza —Paula aún sonreía, mientras deslizaba sus dedos sobre mi cuero cabelludo provocándome escalofríos—. Así que ahora debemos terminar de cerrar todas las cajas que aún queda abierta.

—No puedo creer que vamos a mudarnos ya —Dije con una sonrisa—. Va a ser genial ocupar nuestra nueva casa.

—Lo sé, lo sé —Sonrió antes de enterrar su cabeza en el hueco de mi hombro—. ¿Qué quería Karen esta mañana, cuando volvió a llamar?

—Tenemos una reunión con ella en —Mire el reloj en mi muñeca— veinte minutos, por lo que nos apuramos o nos matará por impuntuales.

Paula no me dejó frenarla cuando corrió a la habitación a darse una ducha y cambiarse de ropa. Eso me hizo reír, ella se salió con la suya mientras se ponía presentable después de un largo día, dejándonos un margen de diez minutos para llegar. Pero ni novia lucía su cabello mojado y sus ojos brillando de diversión por saber lo que había hecho.

Una vida contigo. [EDMMA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora