Capítulo 35.

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Narra Paula.

—Creo que me quedaré con eso —Joaquín tomó la imagen que aún contemplaba en  mis manos—, la voy a poner en mi billetera.

—Como gustes. —Sonreí ampliamente, sabiendo que la enfermera me había entregado dos porque, como había dicho, "Los padres siempre adoran tener una imagen con la cual presumir a su hijo, ten dos para que tu también puedas hacerlo."

No le diría a Joaquín que ella también tenía una imagen de la pequeña pulga para mostrarle a todo el mundo y, rogaba silenciosamente, que su madre no se la pidiera porque no tenía ganas de discutir con ella. Era hora de visitar a la flamante mamá en el sanatorio y ver cuanta baba había derramado Jeremy mientras observaba a su hijo. Sinceramente, quería conocer al pequeño Ian y tenerlo en mis brazos.

Joaquín traía una sonrisa tonta en sus labios mientras se mantenía constante en el tráfico y tarareaba la canción de la radio. Era imposible no observarlo tan feliz, estaba en éxtasis con todo lo que estaba ocurriendo, sabía que era gran parte de eso pero no puede evitar pasar mi mano distraídamente por mi estómago plano mientras imaginaba como la pulga comenzaba a crecer.

—¿Por qué me miras así? —Preguntó Joaquín, sacándome de mis pensamientos.

—Porque estás feliz —Me encogí de hombros—. Siempre me gusta observarte cuando te veo feliz.

—Siempre fuiste de las que no decían nada y sonreía en silencio —Sus ojos brillaron ante algún recuerdo en el que nos encontrábamos juntos—. Cómo cuando te enteraste de que Mara venía en camino, tenías una gran sonrisa pero eras la única silenciosa en medio de todo el ruido que hacían tu familia ante la noticia.

Lo recordaba, lo recordaba claramente. Sabía que Julián me estaba ocultando algo, en ese momento, y me evitaba porque, con una simple mirada de mi parte, dejaría salir todo el secreto por el que había armado una gran cena para toda la familia.

~Flash Back~

Estaba cabreada con mi hermano, completamente cabreada. No pensaba dirigirle la palabra ni aunque me rogara en esta cena porque llevaba más de dos semanas evitándome de cualquier forma posible. Isa me decía que no era para tanto pero no había manera de que le dejara pasar tremendo desaire a mi. Se suponía que eramos hermanos y nos contábamos todo, no podía estar ocultándome algo.

—Preciosa, deja de fruncir el ceño —Joaquín me tomó entre sus brazos mientras me llevaba por la puerta trasera de mi casa—, no puede ser que estés tan enojada con tu hermano porque te dijo que estaba ocupado.

—Joaquín, tu lo conoces tanto como yo, sabes que él está ocultando algo —Entrecerré los ojos—. Me está evitando porque no me quiere decir lo que está escondiendo.

—Deja ya de pensar mal, es muy probable que haya estado muy ocupado, nada más. —Joaquín se encogió de hombros.

—Tu lo sabes y también me lo estás ocultando —Me alejé de sus brazos para hacerle frente—. Te juro que si lo estás encubriendo no te...

—No puedes ser tan paranoica, mujer —Él soltó una carcajada antes de arrastrarme a sus brazos nuevamente—. No tengo idea de que es lo que está ocultando y, por si no lo has notado, hace exactamente el mismo tiempo que tu que no hablo con Julián.

Tomé una larga bocanada de aire para calmarme, Joaquín no tenía la culpa de que el asno de mi hermano me evitara. Era cierto que ellos tampoco se hablaban, así que lo que sea que Julián ocultaba, lo estaba haciendo a nosotros dos. Pero... ¿Por qué lo haría? ¿Es que acaso ya no confiaba más en mí? ¿Lo había dejado de lado mucho tiempo como para que no quisiera contarme algo importante?

Una vida contigo. [EDMMA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora