Una vida contigo. [EDMMA #3]

Capítulo 29.

Narra Joaquín.

Dos meses después.

Caminar por las paredes no era algo bueno, pero para ser sincero estaba demasiado nervioso como para quedarme quieto en un solo lugar. Paula se había ido a comprar un par de regalos más, de los que ya había adquirido, para llevarle a Mara. Había quedado completamente fascinada con la cultura mexicana y no paraba de repetir una y otra vez que deseaba volver en cuanto pudiera.

¿Era posible morir de nerviosismo? Nunca había estado tan nervioso, ni cuando me presenté por primera vez ante un gran público para una presentación. Estaba jodido, muy jodido. Estaba decidido a hacerlo, pero eso no quitaba que los nervios estuviesen carcomiéndome por dentro. ¿Dónde demonios se había metido Jeremy? 

¿Por qué me ponía tan nervioso proponerle matrimonio a la mujer de mi vida? La verdad, aún temo que me diga que no.

Haber pasado por la duda del "casi embarazo" hace un par de meses me hizo comprender que no había nada que quisiera más que ponerle un anillo en su dedo. Ella sería mía por siempre, completamente mía. Y yo sería suyo, por toda nuestra vida. Estaba emocionado, ansioso, muy ansioso. Lo peor: tenía que atravesar un viaje y una presentación antes de hacerle la pregunta.

~Llamada telefónica~

—¿Hola? —Tomé una respiración luego de atender.

—Estás jodido realmente —La suave risa de Julián me hizo entrecerrar los ojos—. Nunca creí que te escucharía tan nervioso como ahora.

—Deja de burlarte de mi, no lo necesito en este momento. —Me mordí la lengua para no mandar a la mierda a mi mejor amigo.

—Sabes, tienes que agradecer que tienes a tu amigo para estos momentos —No quería escucharlo, no quería, no quería...—. Cuando tuve que pasar por esto no estabas para aguantarme con toda mi histeria.

—Yo no estoy histérico, solo nervios. Además, estoy seguro que estabas más ansioso que nervioso, siempre fuiste un ansioso que no se podía contener de hacerle la preguntar a Mía.

—Tal vez... Bueno, si... Solo quería gritárselo y obligarla a que me dijera que si —Julián rió—. Esa semana de planeasión estuve insoportable, estoy segura de que ella pensó en dejarme una o dos veces.

—No creo que Paula lo note, gracias a dios, Jeremy me está ayudando bastante a distraerla —Comencé a morderme la uña del dedo gordo—. ¿Crees que ella me dirá que no?

—No puedes hacer esa pregunta, es realmente estúpida. Ella está completa y totalmente enamorada de ti desde que son mejores amigos —Julián suspiro—. Dejó la oportunidad de empezar una nueva vida luego de que te fuiste, estuvo deprimida por mucho tiempo y, cuando regresaste, estoy seguro que su corazón ni dudo en volver a aceptarte.

—Ella tardó en aceptarme de nuevo. —Murmuré.

—Porque no quería volver a sufrir, ella usaba su cabeza cada vez que te rechazó cuando intentaste recuperarla —Él tenía razón, Paula me lo había dicho muchas veces—. Además, no te olvides que soy la persona a la que ella le cuenta todo sin dudarlo.

—De acuerdo, de acuerdo... Fue una pregunta estúpida, lo sé... —Suspiré lentamente mientras sacudía mi mano, me había mordido la uña hasta lastimarme— Explícame como hago para llegar a mañana por la noche sin volverme loco.

—Solo evita pensar en lo que harás después de que cenes con nosotros.

—Espera, yo le haré la propuesta después del recital, cuando terminemos la función —Entrecerré los ojos—. ¿Cómo que después de que cene con ustedes?