Capítulo 38.

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Narra Joaquín.

Estaba conduciendo directo a la casa de mis suegros, para regresar a Mara con sus padres. Por alguna razón que Julián se negó a revelar, ellos habían ido a casa de Susan y Marc por un rato. Sin embargo, había algo más allí. No me molesté en presionar demasiado, si mi amigo se empecinaba en ocultar algo no había forma de sacarle información.

Giré hacia el lado del pasajero y observé a Paula. Habíamos pasado toda la tarde jugando con Mara y ahora, ambas, se encontraban en un profundo sueño. Me sorprendía la cantidad de horas que dormía mi novia, aunque la doctora y todos los libros que había leído me habían dejado en claro que era completamente normal. La suavidad de sus facciones mientras dormía siempre serían mi debilidad. Adoraba mirar a Paula dormir.

Mi teléfono comenzó a sonar, sorprendiéndome totalmente. Eran las nueve de la noche, no había manera de que alguien me llamara porque sí.

~Llamada telefónica~

—¿Hola?

—Hola hijo. —La voz de mamá llenó el pequeño espacio del auto.

—Hola mamá, ¿Cómo estás? —Sonreí al escucharla.

—¡Oh, bien! ¡Super emocionada! —Una pequeña risita se le escapó y no pude evitar revisar si Paula o Mara se habían despertado por el sonido.

—Si, bueno, mamá, te voy a pedir que no hables tan alto. Estoy manejando y Paula esta dormida, no quiero despertarla.

—Oh, lo siento, no era mi intención —Su voz bajó y estuve agradecido, le daba a mi chica un rato más de su siesta—. Te decía que estoy muy emocionada por la llegada de mi nieto, ya estuve de compras y todo.

—Mamá, no tienes que gastar dinero. —Puse los ojos en blanco.

—Gastaré todo el dinero que quiera porque es mi nieto y lo voy a consentir siempre que pueda —No me pasó desapercibida la amenaza de su voz—. Así que tu no vas a evitar que gaste todo el dinero que quiera.

—De acuerdo, de acuerdo. —A veces, había que rendirse con las madres. Marisa Romero siempre ganaba.

—Ese es mi obediente hijo —No pude evitar reír ante esa frase—. Ahora dime, ¿Cómo esta llevando Pau todo el tema de las nauseas y los mareos? Se que puede ser difícil a veces.

—Bueno... Estaban siendo más intensos de lo que debía —Pensé en como la doctora Summer me ayuda a calmarme y la sorpresa que nos llevamos—. Llevé a Pau al médico y ella nos dijo que estaba todo bien, pero descubrimos algo.

—¿Qué les dijo? ¿Les dio algo para los vómitos? ¿El bebé está bien? —El instinto protector se desató en mi madre rápidamente.

—Ellos están bien y la sorpresa no pretendía dártela por teléfono, mamá.  —Suspiré porque acaba de meter la pata.

—No voy a esperar para saber, jovencito, dime de una vez que es lo que me estás ocultando —La pude imaginar entrecerrando los ojos en mi dirección, una clara indicación de que no pararía hasta saber que sucedía—. No me quieres yendo para tu casa en este preciso momento.

—Mamá, a veces exageras —Puse los ojos en blanco—. Te lo diré solo para evitar que levantes el volumen y despiertes a Paula y a Mara.

—Muy bien, tu madre es toda oídos. —La sonrisa en su voz era difícil de ignorar.

—Bien... Esta mañana le hicieron un nuevo ultrasonido a Pau y salió que no tendremos un hijo —Suspiré mientras entraba en la calle de la casa de los papás de Pau—. Paula está esperando mellizos, seremos padres de dos bebés.

Una vida contigo. [EDMMA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora