Una vida contigo. [EDMMA #3]

Capítulo 24.

Narra Joaquín.

No había dormido nada luego de haberla llamado, a penas era consciente de los pocos momentos en que los ojos se me cerraron. No había manera de conciliar el sueño después de escuchar su voz por unos segundos. Había provocado una descarga de adrenalina en mi cuerpo con un simple "Hola". Quería correr a encontrarla para poder encerrarla en mis brazos hasta que me escuchara.

Mi enojo poco a poco se había esfumado porque la necesidad de tenerla cerca me abrumaba. Mi madre me había mantenido ocupado pero al momento de recostarme, todo en lo que no había pensando en el día venía a mi cabeza a atormentarme. Sin 

contar como todos mis instintos me suplicaban que la fuera a buscar.

Me había resistido por una sola razón: María Paula Jones recibiría su sorpresa de cumpleaños.

Tenía a toda su familia a mi favor. Isa se encargaría de hacerla enojar, de obligarla a luchar por mi o algo por el estilo "No importa como lo haga, ella estará allí pero debes prepararte para cualquier estado de ánimo." Me había advertido cuando planificamos esto. Reachel y Jeremy también estarían allí, ambos me ayudarían a aclararle todas sus dudas sobre la relación que yo tenía con la mujer.

—Es hora de empezar. —Me cambie y preparé para ir al encuentro de de Julián que me mantendría con los pies sobre la tierra mientras que esperaba a Paula.

Sólo pedía que ella no se enojara por la sorpresa.

Narra Paula.

—Tu no puedes seguir revolcándote en auto-compasión. —Isa entró a la casa sin llamar y lamenté el día que le dije donde guardaba el dueño la llave de repuesto.

—Gracias, es lindo arrancar mi cumpleaños con tus gritos. —Me estiré del sillón en el que había estado sentada desde temprano.

La verdad era que no había pegado un ojos por la llamada que había recibido. No sólo porque me sorprendió que Joaquín me llamara sino que aún mantuvo la promesa que alguna vez me había hecho. "Siempre seré yo el primero en decirte feliz cumpleaños" me había susurrado en el oído en una de las fiestas sorpresa que mis amigos había hecho mientras bailábamos. 

—Es tu cumpleaños y vas a recuperar lo único que quieres para este día —Isa tomó mis manos antes de que sus ojos se fijaran en mi—. Se que me odiaras por decirte esto, pero entregaste a Joaquín en bandeja.

—No lo hice. —La fulminé con la mirada, Isa no entendía lo que sucedía.

—¡Despierta de una vez Paula! ¡Te fuiste sin decirle nada! Te fugaste como una cobarde antes de tomarlo por los hombros y zamarrearlo o golpearlo aunque sea —Isa puso los ojos en blanco—. Yo en tu lugar le hubiese arrancado la cabeza antes de encerrarme en mi auto-compasión y pasarme el día trabajando para no pensar en lo sucedido.

—¿Por qué me me lo dices ahora? ¿Por qué no gritarme estas cosas en el momento en que nos enteramos de todo? —Suspiré y parpadeé con fuerza para evitar que las lágrimas cayeran.

—Yo no quería que te pusieras mal, ya lo estabas —Isa se arrodilló adelante mio para que nuestras miradas quedaran a la misma altura—. Se que eres fuerte y también se que necesitas tu momento para convertirte en una mártir antes de resurgir como una guerrera. Pero no puedo dejar que de sigas metiendo en un pozo depresivo cuando lo único que debes hacer es buscar al idiota de Joaquín y enfrentarlo de una vez.

A veces me sorprendía descubrir que mi hermana se había convertido en una mujer con carácter y racionalidad. Isa estaba completamente en lo cierto, yo no era una persona que se la pasaba llorando por los rincones. Era el momento de actuar. Tenía que aprovechar este momento de audacia antes de cambiar de opinión.