Capítulo 7.

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Narra Paula.

—No voy a tardar mucho.

—Eso espero —Joaquín estaba revisando los últimos papeles que debíamos llevar al aeropuerto—, recuerda que Karen tiene un problema con la puntualidad.

—Deja de preocuparte, no tardaré demasiado —Tomé mis llaves y mi bolso para salir de mi casa—. Sabes que tengo que ir a arreglar esto y es muy importante.

—Lo sé, lo sé. Eso está impidiendo que te tenga encerrada hasta que llegue la hora del vuelo —Joaquín sonrió y se apoyo en el borde de la barra de desayuno—. Ve, antes de que me arrepienta.

Me acerqué a mi novio y le di un pequeño beso en los labios antes de irme. Mi vida se estaba volviendo de locos. Estaba a horas de subirme a un avión para viajar a quien sabe que parte de Europa, ya que Jeremy y Karen optaron por dejarlo como sorpresa, tenía un posible lugar para armar mi nuevo emprendimiento y estaba a punto de sumar a alguien más a este proyecto que tan importante era para mi.

Salí a las calles de la ciudad respirando para tranquilizarme, no debería estar nerviosa. Conocía muy bien a la persona que iba a sumar a mi sociedad, había cursado conmigo mi carrera y era parte de mi vida desde hace tiempo. Quino era excelente para el trabajo, más conociendo la relación que compartía con Macky, sería de muy buena ayuda.

La cafetería estaba a un par de cuadras del departamento, habíamos escogido ese lugar con el propósito de que yo no perdiera demasiado tiempo. Todos mis familiares y conocidos sabían de mi viaje y había estado felices por mi decisión. Hasta mi abuela se había enterado y estaba completamente feliz de mi vida.

—Llegué —Le sonreí a Macky que tenía una taza de café entre las manos—, lamento el retraso.

—Quino esta pidiendo tu café, el de siempre —Sonrió Macky—. Que conste que fue mi idea.

—Gracias socia —Sonreí—, era hora de que aprendieras que me gusta después de tantas madrugadas despiertas con la única compañía de nuestro adorado elixir.

—Alabado sea el café —Concordó Macky elevando su taza—. Pasé por el local que encontró tu hermano —Asentí para que ella siguiera hablando—, es perfecto, exactamente lo que estábamos buscando Pau.

Macky me contó toda la información que había recolectado, lo que Julián le había dicho y todo lo que los dueños requerían para el alquiler. También me contó que era probable que tuviese un par de citas con futuras novias y damas de honor en crisis por no encontrar que ponerse. En esta pequeña sociedad era yo la que diseñaba y ella la que buscaba las telas que realmente combinaban para que el trabajo quedara perfecto.

En cuanto vi a Quino acercándose, sonreí. Él había estudiado duro a la par nuestro y estaba tan entusiasmado como nosotras con nuestro proyecto, pese a que él no estaba integrado en un principio. Quino se había ocupado de ayudar a las parejas de nuestras novias a la hora de la elección de que ponerse, a la espera de que vaya de la mano con lo que la novia había elegido para su vestuario. 

—Buenos días María Paula Jones —Quino dejó la bandeja con dos cafés y un plato con unos cuantos muffins—, le traigo el desayuno.

—No entiendo a que viene tanto formalismo —Dije riendo mientras tomaba la taza con mi café—, pero gracias por esto.

—No hay que agradecer —Quino sonrió, con su hermosa sonrisa. Era un chico muy guapo y adoraba que fuera mi amigo—. Ahora dime para que me citaron las dos con tanta urgencia, o eso fue lo que mi querida y exagerada amiga me dijo.

—No soy exagerada. —Protestó Macky.

—No es exagerada —Concordé con una pequeña sonrisa y Quino alzó una ceja—. Está bien, puede que algunas veces sea un poco exagerada.

Una vida contigo. [EDMMA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora