Narra Paula.
—No puedo creer que estés a punto de hacer esto —Estábamos en pleno invierno y yo preparando una valija con ropa de verano—, ¿Sabes lo que estás a punto de hacer?
—¿Cómo te fue con los exámenes? —Isa estaba ayudándome a armarla, o eso se suponía.
—Eso no importa ahora —Sentada al borde de mi cama estaba observándome con los ojos entrecerrados—. ¿En que momento decidieron hacerlo?
Lo medité un momento. Había pasado un mes desde que Jeremy y Karen vinieron con la propuesta que habíamos aceptado después de tanto resistirnos. Había llegado el receso de invierno, lejos del estudio, y Karen fue quien nos informó que viajaríamos para estas semanas. Joaquín se había puesto nervioso, porque no estaba seguro de poder promocionar las materias para ganar tiempo, pero el señor lo logro.
En cuanto a mi, las materias que me quedaban eran anuales así que rendí bien el primer parcial y pude tomarme el tiempo que quise. Jason sabía que estaba pronta a dejar el trabajo, por lo que cuando le conté de las presentaciones no opuso resistencia. Había dicho que aprovecharía para probar a gente nueva. Me daba un poco de cosa dejar mi trabajo con Jason, había sido mi segunda casa por más de cuatro años.
—Hará cosa de un mes —Me encogí de hombros—, todos lo sabía Isa, no entiendo porque no te enteraste.
—¡PORQUE TU NO ME DICES NADA! —Me gritó sorprendiéndome.
—Discúlpame, pero eres tu la que se pasa las veinticuatro horas del día encerrada entre cuatro paredes estudiando —Arqueé una ceja en acusación. Las dos podíamos jugar ese juego—. No puedes acusarme de no enterarte las cosas si ni siquiera te dignas a llamarme de vez en cuando.
Un largo suspiro salió de entre los labios de mi hermana. Yo tenía un punto y ella no podía negarlo. Isa cerró los ojos con fuerza y su cuerpo comenzó a temblar, ahí había algo más que yo yéndome de viaje. Podía ser que las cosas con mi hermana no hayan sido de lo mejor en una época, pero eso había cambiado y estaba más que segura que había algo molestándola. Me senté a su lado, sin tocarla, esperando a que hablara. Ella volvió a tomar una larga respiración.
—¿Qué está mal, Isa?
Eso fue todo. Un gran sollozo salió de mi hermana, terminando de confirmar mis sospechas de que algo le estaba molestando. Ella se acurrucó a mi lado en cuanto la abracé por los hombros. La dejé que llorara, eso era lo que necesitaba en esos momentos. Isa era buena ocultando lo que le sucedía, pero algunas veces se transformaba en algo que no podía llevar por mucho tiempo dentro sin dejarlo ir.
Ella comenzó a calmarse y buscó apartarse de mi. Le di su espacio mientras buscaba unos pañuelos de papel de la mesa de noche para darles. El hermoso rostro de mi hermana estaba manchado por su rimel y sus mejillas estaban tan rojas como sus ojos. Mi corazón se apretó por verla así y me juré, en ese mismo momento, que mataría al que le hizo eso a mi hermana.
—Dime Isa —Pasé mi mano por su espalda—, ¿Qué está mal? ¿En qué te puedo ayudar?
—No es... No es nada... —Isa tomó una larga respiración, pero las lágrimas seguían cayendo— Yo sólo... Yo sólo me pongo triste porque te vas.
—Me estás mintiendo, lo sé —Suspiré, a veces era demasiado complicado sacarle algo—. Dime de una vez Isa o iré por la vida asesinando a cualquiera que comparta tiempo con vos.
—No lo harías. —Ella sacó las lágrimas de mi mejilla.
—Oh, si lo haré y nada me va a detener —Me crucé de brazos—. Ahora dime que es lo que te está pasando.
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Una vida contigo. [EDMMA #3]
RomansaDecisiones que tomar. Alegrías que compartir. Peleas que enfrentar. Reconciliaciones que atravesar. Tristezas que superar. La vida transcurre y solo queda vivirla. Si te enamoraste de esta gran historia de amor, no podes perderte este vistazo a la v...