El clima de invierno, la noche penetrando hasta los rincones más escondidos de la finca, la soledad que se comenzaba a sentir nuevamente tan familiar y ese extraño color opaco sobre todas las cosas comenzaban a hacerme sentir tan pequeño; odiaba tanto esa sensación. Entre en la casa grande y mi madre estaba sentada en uno de los sillones observando muy pensativa las llamas que salían de chimenea; la noche ya se había apoderado de toda la finca. Se encontraba tan perdida en sus pensamientos que no había notado que yo ya había entrado nuevamente en la casa, por alguna razón no hice algún ruido para avisarle que estaba ahí, y mientas la miraba, tan bella como siempre, una terrible nostalgia comenzó a invadir mi interior.
—¿Todo bien? — le pregunte, preocupado por la extraña mirada, el extraño comportamiento y la extraña sensación, pero más que nada, la pregunta era para intentar alejarme de la sensación de nostalgia que me alcanzaba tan rápido que sentía que no podía huir de ella.
—Sí, sí. Todo bien ¿Por qué lo dices?
—No lo sé, te noto algo diferente, pero no sé...
—Sí me siento diferente —. Me respondió mientras se servía la segunda copa de vino y dibujaba una sonrisa en su rostro —. La verdad es que me hizo muy bien ver a tu papá, no tienes una idea de lo tanto que lo necesitaba. Creo que cuando te enamores de verdad vas a poder comprender esa sensación de necesitar de alguien sin que sea algo malo.
—Me alegra que al fin pudieran verse —. Realmente se lo decía de corazón, yo sé lo mucho que mis padres de aman —. ¿Planea regresar pronto?
Hablar de mi papá en voz alta me hacía darme cuenta de lo tanto que lo extrañaba y lo mucho que ansiaba verlo y poder abrazarlo.
—Tu padre está por terminar su investigación de campo muy pronto, sin embargo, no me dijo una fecha en específico, solo sé que en los próximos meses lo tendremos por aquí y no tienes una idea de lo feliz que me pongo de solo pensar que tu padre regresara pronto —. Mi madre se puso de pie con la mirada tan iluminada —. ¿Sabías que estuve casada con tu papá en secreto por dos años? Nadie se enteró, bueno, los únicos que se enteraron fueron nuestros testigos, tu tío Pablo y una amiga de la universidad que hace tantos años que no veo fueron mis testigos, y tu padrino y la que nos juraba seria la madre de sus hijos que la verdad ya ni recuerdo cómo es que le decía fueron los testigos de tu papá. El escaparme a ver a tu papá me recordó tanto a esos tiempos en los que me sentía tan llena de sueños, pero también me hizo recordar todas esas veces en que mis sueños fueron reprimidos. Reprimidos por tu abuelo.
— No entiendo cómo es que pudiste permitir que alguien se interpusiera en tus sueños... alguien como él.
—No tienes una idea de la maldición que es ser mujer en esta familia, nunca eres suficiente, o al menos eso es lo que tu abuelo me hacía sentir y la verdad es que jamás decía o hacia nada porque le tenía miedo.
—¿Tenias? — pregunte irónicamente.
—El día que me escapé con tu papá y nos casamos le perdí el miedo, porque sabía que ya no estaba sola y que él siempre me iba a defender de la manera más inteligente y de alguna manera su protección me dio el valor que necesitaba para ya no sentirle miedo.
—Tal vez no lo veas, pero yo lo puedo notar, le tienes temor a mi abuelo...
—Si tengo miedo, pero no es de él —, me interrumpió mi madre antes de que pudiera seguir diciéndole todo lo que pensaba de mi abuelo y de ella —. Lo que paso ese día con tu abuelo, ese era uno de mis más grandes miedos.
—¿Qué? — pregunte confuso.
— Yo sabía que eso iba a pasar, pero no estaba preparada para que pasara tan pronto.
ESTÁS LEYENDO
Piérdete En Mí
DragosteTodo el tiempo pensé que a quien querías, necesitabas y tenías que salvar era a él, pero ese día tu mirada me dijo lo contrario, y aunque no lo quería escuchar, te armaste de valor y lo dijiste: "te quiero salvar a ti" y me quede helado. Te miraba d...